Santiago Villarreal Cuéllar
El país de la Utopía de
Tomás Moro; una sociedad de sueños y quimeras. Dejadnos soñar, que muchos
sueños se plasman en la realidad. Son algunas máximas de distintos pensadores
que a lo largo de la historia sueñan con un mundo más humano, más cercano al
cielo abstracto, ese cielo de los cristianos y musulmanes, que para algunos
estadistas como Hugo Chávez y José ‘Pepe’ Mujica, debe ser trasladado a la
tierra. Educación, salud y seguridad social universal gratuita, fue la premisa
de las democracias occidentales desde principios del siglo XX. La mayoría de
naciones europeas logró estos beneficios sociales, y algunos países
latinoamericanos instauraron estos derechos fundamentales. No es un regalo, sino
unos derechos humanos que todo estado debe procurar para sus miembros. Desafortunadamente
en Colombia estos derechos continúan siendo utopía. Nuestra educación no es
gratuita hasta la secundaria y mucho menos la universidad. Nuestro sistema de
salud es el más mediocre del mundo, y la seguridad social es una entelequia
entregada a una minoría de personas que no llega a los treinta dólares
mensuales. Nadie puede vivir con esa miseria.
Pues bien, ese mundo de
utopías ahora propone instaurar un sueldo básico universal, es decir que toda
persona reciba desde su nacimiento hasta su muerte un salario básico que garantice
su supervivencia sin importar si cuando sea adulto consiga un empleo. La idea
está siendo debatida y estudiada por Olli Kangas, actual director del Instituto
Finlandés de Seguridad Social. En Francia es defendida por Baptiste Mylondo,
quien la asocia a reducir drásticamente las desigualdades sociales en el mundo.
También Nicole Teke y Yin Yué, miembros del Movimiento Francés para la Renta
Básica, fundado en 2013, promueven la idea sin importar los calificativos que
reciben de otros pensadores neo-liberales que son reacios a la propuesta. Pero
lo más importante es que en Europa, tanto derechistas como izquierdistas, están
de acuerdo con esta renta básica universal, diferente a los políticos
latinoamericanos donde la izquierda pregona algunos derechos avanzados y la
derecha los rechaza. Para los europeos de todas las tendencias ideológicas,
estos temas constituyen hablar y debatir sobre lo fundamental, es decir de la
máxima dignificación del ser humano.
La idea apenas está en
embrión, pero seguramente no tardará mucho en constituirse en derecho en
Europa. Pensadores como el belga Philippe Van Parijs, Koenig y De Basquiat,
quienes elaboraron un proyecto para la Unión Europea, creen que esta sería una
forma de compensar a muchas personas que perderán sus empleos en el mundo
debido al avance de la tecnología, que cada día son reemplazados por robots y
otras máquinas.
0 comentarios:
Publicar un comentario