Santiago Villarreal Cuéllar
“Con este gamín no se puede.”
Fue la expresión del flamante Vice-Presidente de los colombianos Germán Vargas
Lleras, siendo ministro de Vivienda, el 30 de abril del año 2014, en visita a la
ciudad de Arauca para entregar viviendas gratis, y un ciudadano reclamó por
algunas irregularidades. Durante su visita a Neiva el pasado 14 de julio,
también reprochó ácidamente al alcalde por las denuncias hechas por su
secretario de gobierno Alfredo Vargas, sobre la presunta entrega a personas que
no necesitan estos inmuebles. No se puede tapar el sol con los dedos. En muchos
municipios donde se han construido viviendas gratis, hay muchas irregularidades
y corrupción. En Pitalito también se entregaron apartamentos a familias que poseen
otros bienes inmuebles, y hábilmente los camuflaron para ser beneficiados.
Cualquiera que visite los bloques residenciales de esta ciudad podrá evidenciar
que el 25% de estos inmuebles están arrendados, porque sus propietarios no los
necesitan. Otros están en venta, y ya existen varios con promesa de
compra-venta, cuya escrituración se realizará cuando sea otorgado el respectivo
permiso para legalizarlo. Los lotes contiguos a los bloques también fueron
entregados por la anterior administración a dedo, muchos de ellos a personas
que tenían vínculos laborales con la alcaldía y otros a gente que no los
necesita porque tienen comodidades económicas. En la construcción de los
apartamentos hubo serias irregularidades pues cuando escrituraron algunos
figuraban de tres habitaciones terminadas, cuando en realidad no tienen sino
dos y en obra negra. Por ese motivo se cambiaron las minutas de las escrituras,
que en algunos casos no se han legalizado a la fecha. De manera que el señor
Vargas Lleras no puede decir a los cuatro vientos que no hay corrupción. Otra
cosa es que él no conozca los casos como los de Pitalito, pero estamos
terminando de recopilar documentos para enviarle a él, a la señora ministra, y
a la Procuraduría General para que se enteren de estas anomalías.
Retomando el caso del
Vice-Presidente, éste personaje siempre ha sido arrogante, orgulloso y hasta
grosero cuando alguien le hace reclamos. No posee las relaciones humanas de un
estadista, ni siquiera de un político con carisma. Quizá por esa razón es
adicto al tabaco y el alcohol, para controlar la ansiedad y mitigar sus
constantes pataletas. Se considera dueño del país, y lo es, porque pertenece al
linaje de esa rancia oligarquía colombiana, pero debería ser más humano, amable
y respetuoso con quienes no tienen la fortuna de venir de esa estirpe. Ojalá
los colombianos no se les vaya ocurrir elegir presidente a semejante
cascarrabias.
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