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5/14/2015

Sea optimista



Santiago Villarreal Cuéllar

El optimismo está relacionado con la mentalidad humana; las más antiguas culturas religiosas han  enseñado a cultivar este hábito. La fe enseñada en los libros sagrados de las diferentes corrientes religiosas, inculcó en la mente de los creyentes el optimismo. El libro de los Vedas, el I' Ching, El Talmud, la Biblia y el Corán, fuente de inspiración de las grandes religiones, están llenos de hermosos pasajes y poesías, invitando a creer, a ser optimista, a cultivar la fe. Las distintas corrientes de las ciencias psicológicas, descubrieron mediante rigurosos estudios que las personas que practican con mucha fe una corriente religiosa, posee altos índices de optimismo, y son más  felices que aquellos que no creen en nada. Otro estudio reciente indica que la mayoría de personas dedicadas al servicio religioso, viven más años, que aquellas personas que no están convencidas de su fe.

El mundo moderno ha cambiado muchos hábitos religiosos y la mayoría de la gente no cultiva la fe; verdad es que van a misa, cultos, sesiones, sanaciones, pero en realidad no poseen la suficiente fuerza mental para creer. La duda está presente; las cosas materiales, los bailes, la musica, el deporte y la televisión, absorbe la mente de la gente, y hace que el ser humano viva más pendiente de aspectos mecánicos y abandone su fe, su creencia, su optimismo. La psicología moderna nos enseña a creer en nosotros mismos, a saber que somos capaces de vencer grandes retos y dificultades, porque  nuestra mente es prodigiosa. Ninguna maquina es tan perfecta como nuestro cerebro, y de allí se deriva la inmensa capacidad para realizar grandes empresas y ver plasmados esos logros.

Ahora bien; ser optimista no indica que seamos metafísicos como Cándido, el personaje del cuento de Voltaire, quien creía que este era el mejor de los mundos. Debemos ser optimistas, pero realistas; no podemos esperar todos los milagros que pidamos. Recordemos que vivimos en un planeta donde impera la ley de la física y química, cuyos resultados difícilmente pueden modificarse.

        



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