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5/11/2015

Periodista de Pitalito huyó de sus captores


Santiago Villarreal Cuéllar

Con visible nerviosismo, pero más sereno, con la calma y tranquilidad que caracteriza a Rodrigo Rojas Garzón, relató mientras almorzamos el lunes 11 de mayo de 2015, detalles de su secuestro por parte de delincuentes desconocidos, quienes obligaron al periodista a subir a un vehículo tipo taxi, y luego de poner sobre su cabeza y rostro una capucha que no le permitía mirar, iniciaron un recorrido para llevarlo a la muerte.

"Era una casa sencilla, donde me quitaron la capucha y empezaron a insultarme." Continuó su relato el corresponsal del Diario del Huila en Pitalito. "Todos llevaban sus rostros cubiertos con pasamontañas, incluso el conductor del taxi, y solo se miraban sus ojos. Uno de ellos, al parecer el jefe de la banda, tenía las manos morenas y observé un tatuaje del símbolo nazi."   

Mientras continuamos el almuerzo, Rodrigo manifestó que los delincuentes le echaron la culpa de las restricciones al tránsito de carro-tanques que acarrean petroleo de la región del Putumayo. "Aunque ellos no mencionaron para nada el Putumayo." Recalcó el comunicador social y defensor de los derechos humanos.

Ese fue precisamente el tema de los insultos proferidos por los secuestradores, su liderazgo en una organización no gubernamental de la defensa de los derechos humanos. Según el periodista, con dicterios vulgares, los secuestradores le adjudicaron la culpa del presunto detrimento económico de las compañías transportadoras de crudo, y finalmente le dijeron que pagaría caro su intromisión en los asuntos de ellos.  

"El que lideraba el grupo ingresó a una habitación de la casa y luego salió armado de un machete. Me impresionó su mirada.... esa mirada nunca la olvidaré." Manifestó Rodrigo Rojas, mientras agachó su rostro visiblemente sentido. "En ese momento otro llamó al portador del machete y sentí deseos de vomitar. Solicité ir al baño para vomitar, y estando allí, vi una cerca de malla como de dos metros de altura, y sin pensarlo dos veces, salté no sé cómo, logrando ganar un potrero y corrí." Relató el periodista, quien en su huida perdió los documentos de identidad, su cámara fotográfica y su chaqueta. "Pero lo importante fue que conservé la vida." Terminó diciendo en medio de una sonrisa el periodista, quien en el año 2005, también fue amenazado según relató.

"Pero en esta oportunidad he recibido muchas más manifestaciones de solidaridad que en ese año." Manifestó el comunicador, quien instauró las denuncias correspondientes y saldrá de Pitalito para proteger su vida. Vida que unos delincuentes quisieron arrebatar, pero que el destino y su instinto de conservación, lograron que burlara la muerte.  

Mi profunda y sincera solidaridad con este periodista, y mi más enérgica condena a estos actos cobardes y despreciables que violan los derechos humanos.  

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