Santiago Villarreal Cuéllar
La guerra en Colombia tiene unas connotaciones degradantes, rayando con patologías como la esquizofrenia; unos seres humanos depredadores; el cerebro reptil está presente en estas mentes asesinas, y su grado evolutivo es demasiado pobre; imposible acelerar su evolución; quizá pueda obedecer a un proceso genético que se repite por generaciones. ¿Acaso esos génes que componen la alambrada de la inteligencia se encuentran atrofiados?
Exhibir las piernas destrozadas del cabo Avila, colgándolas en una cerca de alambre, significa el grado macabro de bajeza humana; ¿Un demiurgo incrustado en estas mentes? ¿Acaso un rito satánico? Todo puede ser posible en esta horrorosa guerra que continúa desangrando con demencia nuestro país.
Pero no todos aquellos personajes que han levantado su voz de protesta contra semejante insensatez, tienen la autoridad moral para escupir demasiado alto. Recordemos que el 03 de marzo de 2008, durante el gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez, su ministro de defensa, el hoy presidente Juan Manuel Santos, y toda la cúpula militar, celebraron la exhibición de la mano amputada del guerrillero de las farc, alias Iván Ríos; y peor aun, pagaron la recompensa de 2.500 millones de pesos al guerrillero "Rojas," por llevar el macabro "trofeo." ¿Poseído el alto gobierno por un demiurgo? Puede ser posible.
También los para-militares jugaron futbol con las cabezas decapitadas de niños degollados por ellos en una cancha de la población de San Juan de Apartadó Antioquia, en el año de 1995. Las horribles imágenes gráficas recorrieron el mundo entero. ¿Otro rito satánico? No olvidemos que fueron entrenados por el israelí Yair Klein, fanático religioso, practicante de magia negra.
Y para no olvidar la macabra historia de esta diabólica guerra, en la década de los años cincuenta, los "pájaros" degollaban a sus víctimas con filosos machetas en lo que se llamó el corte de franela; y a cientos de mujeres embarazadas, les habrían su vientre con sus machetes, extraían su feto, lo lanzaban al aire, y con fina puntería lo recibían con la punta del machete. Y se encomendaban a la Virgen María y al Sagrado Corazón. ¿Ritos satánicos, o enfermos mentales?
Es bueno recordar nuestra terrible historia; y es bueno para no seguir repitiendo esta historia, apoyar las negociaciones civilizadas entre gobierno y grupos alzados en armas. Quizá así no continuaremos en este continuo impuro, diabólico, satánico y esquizofróide.
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