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1/30/2015

Dependencia afectiva


Santiago Villarreal Cuéllar
Cientos de miles de parejas viven como perros y gatos, peleándose, maltratándose de palabra y agrediéndose físicamente, pero nunca toman la decisión de separarse. La mayoría de esas peloteras son momentáneas y al cabo de uno o dos días nuevamente se muestran afectivos. En muchas ocasiones estas escenas violentas se presentan desde el noviazgo. He visto novios pegándole a la novia y viceversa, pero aun así continúan su relación amorosa llegando incluso a casarse, o conformar pareja de hecho; en pareja se repiten las peleas constantes y las agresiones físicas. Esta violencia intrafamiliar ocasiona muchas muertes de mujeres a manos de su compañero sentimental, y unos pocos hombres también terminan su vida de forma violenta, víctima de su compañera. Otro tanto sucede con parejas homosexuales y lesbianas.
¿Es normal que dos personas que dicen quererse, amarse, respetarse, duermen juntas, procrean hijos y laboran para mantener su núcleo familiar, vivan en constante guerra física y psicológica? No, no es normal. Esta patología es conocida en psicología y psiquiatría como dependencia afectiva. Es una compulsión obsesiva a amar sin comprender qué es realmente el amor; generalmente va acompañada de celos obsesivos y posesivos. Con el tiempo esta enfermedad mental se convierte en crónica y la mayoría de parejas mueren sufriendo la patología sin siquiera darse cuenta que estaban enfermos y que pudieran haber sido felices, si hubiesen recibido tratamiento, o en el mejor de los casos hubieran optado por la separación. Pero no cantes victoria porque quizá usted también padezca la enfermedad; de hecho la mayoría de parejas sufre la patología sin darse cuenta, confundiéndola con el amor.

¿Existe curación para esta enfermedad mental? Lamentablemente no; solo existe tratamiento para detectar y amortiguar la patología, pero como la mayoría de las enfermedades psicosomáticas, sino no existe fuerza de voluntad para cambiar, dejar, y suprimir de tajo el problema, generalmente se vuelve a recaer. Y lo que es peor, la dependencia afectiva es más difícil de tratar que la farmacodependencia, el alcoholismo y el tabaquismo juntos.         

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