Santiago Villarreal Cuéllar
Durante los ocho años de gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez, Colombia vivió una era que bien podríamos llamar del terror.
La llamada seguridad democrática, diseñada por el fascista Pedro Juan Moreno, muerto en un misterioso accidente de helicóptero, para combatir lo que llamaron el terrorismo (guerrillas de las farc y eln), se convirtieron en terrorismo de estado.
Cientos de personas de ambos sexos, enterrados como n.n. en el cementerio del municipio de la Macarena Meta, asesinados por las fuerzas armadas, sin dar mayor explicación, algunos sindicados de guerrilleros, otros simplemente raspachines de coca y gente del común, son apenas una muestra de los horrorosos años de la Era del Terror.
A eso se añade los famosos asesinatos a mansalva y sobre seguro de los llamados falsos positivos, que consistieron en capturar a humildes indigentes, dementes y personas mal llamadas desechables, los cuales eran llevados por las fuerzas del orden en vehículos, luego fusilados de forma sumaria y uniformados con prendas militares, para presentarlos a la prensa como guerrilleros. De esa forma, los militares presentaban falsos rendimientos y realizaban la mal llamada "limpieza social," a la que también nos tenía acostumbrados los anteriores gobiernos colombianos, pero no de esa forma tan descarada.
Todos estos actos de terrorismo de estado, ideado por Pedro Juan Moreno, avalado por el jefe de estado, y llevado a cabo bajo la anuencia y directa orden de Juan Manuel Santos, ministro de defensa de Uribe, y hoy presidente de los colombianos, en la llamada Era del Terror.
Pero lo más horroroso de tosa esa tenebrosa Era del Terror, es que el ex-presidente Uribe, hoy es cabeza de lista para el senado de la república y el presidente Juan Manuel Santos aspira ser reelegido. Esa es nuestra Colombia, donde como dijera nuestro Premio Nobel Gabriel García Márquez, la ficción parece realidad y la realidad es ficción.
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