Por: Santiago Villarreal Cuellar
Este mito está bastante
generalizado en muchas partes del mundo, pero especialmente en Latino-América,
donde la cultura machista ha inculcado en las mentes de hombres, mujeres y
homosexuales, la falsa creencia que un órgano masculino, o hablando más claro:
un pene de gran tamaño, produce mucho más placer durante la relación genital
que uno “pequeño.”
En algunas culturas
totalmente ignorantes en materia de sexología, se tiene la falsa creencia que
un pene demasiado “grande” dificulta las relaciones genitales con la mujer. Que
podría estropearla, que no cabe dentro del órgano femenino, mientras en otras se dice que entre
más grande sea el tamaño, la relación genital, será más placentera.
Nada más lejos de la
realidad. Estas creencias se han popularizado entre las culturas, que nada
saben acerca de la sexualidad humana. Y lo que es peor: continúan diseminándose
entre las gentes, debido a que no existe una educación sexual científica. Por
el contrario, se cree más en lo que dicen en la televisión, en los corrillos
callejeros, o de quienes se consideran “sabios” en esta materia.
Pero examinemos cada
caso en particular. Un pene nunca será demasiado “grande” para ser alojado en
el órgano femenino. La vagina de la mujer es un órgano bastante elástico. Para
explicar mejor, es algo así como un calcetín que se dilata lo suficiente para adaptarse
a los pies. Recordemos además, que el órgano femenino se dilata tanto, que un
bebé recién nacido cabe en el mismo al momento de nacer. Ningún pene masculino
será del tamaño de un bebé recién nacido, a menos que sea un pene enfermo, por
lo que no sería posible tener relaciones genitales. Es decir, que toda mujer
posee una vagina apta para recibir un pene de cualquier tamaño. En cuanto al
placer genital en la mujer, debemos recordar que este se origina en el órgano
llamado clítoris, el cual se encuentra muy cerca de los labios superiores de la
vagina. Cualquier pene, por pequeño que sea, alcanza a rozar ese lugar
produciendo placer. No es en lo profundo de la vagina donde se genera placer,
sino en el órgano ya mencionado.
El grado de placer que
una mujer puede sentir durante una relación, nada tiene que ver con el tamaño
del pene masculino. El papel fundamental para tener unas relaciones genitales
placenteras, está en la forma, el estado de ánimo, la actitud mental, la
comunicación y el deseo que esta posea por el individuo. Si no hay química, si
las feromonas de la pareja no compaginan, nunca sentirá un placer
satisfactorio. Ahora, si el hombre no sabe utilizar su órgano al momento de
realizar una relación, si sufre de eyaculación precoz, o no sabe estimular lo
suficiente a su compañera, esta no quedará satisfecha, así sea el hombre más
dotado del mundo.
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