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11/02/2016

Donald Trump a las puertas de la Casa Blanca


Santiago Villarreal Cuéllar

El multimillonario empresario de la construcción Donald Trump, por el que hasta hace un año nadie daba como ganador en las elecciones primarias para ser ungido como candidato del partido republicano, está ahora a las puertas de ser elegido como presidente de los Estados Unidos. 

Calificado como payaso, pintoresco y hasta loco por algunos intelectuales, periodistas y analistas políticos, Trump supo ganar la simpatía de un electorado estadounidense cansado de sus políticos tradicionales, prometedores de ilusiones que nunca han cumplido a su pueblo. 

El controvertido líder conservador moderado, propone revisar los postulados del capitalismo salvaje que para los defensores del establecimiento constituye una herejía, como también promete revisar los tratados de libre comercio suscritos con varios países del mundo, pero en especial con naciones latinoamericanas pues según su análisis estos han resultado lesivos para la clase trabajadora de los Estados Unidos. 

De igual forma, el candidato republicano ha dicho que revisará la política internacional de los Estados Unidos, y que replanteará la misma, prometiendo menos injerencia militar en contra de otras naciones, canalizando esos recursos y esfuerzos en mejorar la economía de su país, la misma que tiene uno de los déficit fiscales más grande del mundo.   

También ha prometido construir un muro divisorio en la frontera con México, el cual deberá pagar su costo el país latino, según argumenta Trump. Todas estas promesas que para muchos parecen descabelladas, caen muy bien en un electorado que se siente cautivado por este descendiente de alemanes que aparece como la figura "dura," autoritaria y paternal que el pueblo estadounidense no ha vuelto a tener desde los años ochenta cuando Ronald Reagan llegó al poder con la promesa de instalar misiles en el espacio, conocido en su época como la guerra de las galaxias. Claro está que la promesa de Reagan nunca se cumplió y el mundo no se vio avocado a una guerra demencial de esa magnitud. 

Lo que hasta hace unas semanas parecía imposible pues la señora Hillary Clinton aventajaba a Trump por más de diez puntos porcentuales en las encuestas, ha comenzado a cerrar la brecha, y ahora el republicano empieza a distanciarse a su favor frente a la esposa del ex presidente Bill Clinton. 

Si todo continúa así, Donald Trump recuperará el poder que perdieron los republicanos hace 16 años, pero llegará con la amenaza de romper el llamado orden mundial que tanto defienden los sectores neo-liberales del mundo. Parece una paradoja que un conservador sea hoy el enemigo número uno del sistema capitalista tradicional. Esto no significa que sea un socialista, pero tampoco es partidario del modelo económico impuesto en el mundo desde principios de la década de los ochenta del siglo pasado en la mayoría de naciones del mundo.  

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