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10/24/2016

Hillary Clinton será peor que Donald Trump


Santiago Villarreal Cuéllar

Las recientes encuestas para las elecciones del próximo 8 de noviembre en los Estados Unidos, muestran un amplio margen de favorabilidad a la señora Hillary Clinton, candidata del partido demócrata. Es inocultable el sesgo de la gran prensa estadunidense, lo mismo que de las grandes corporaciones y de todo el establecimiento para favorecer a como dé lugar a la señora Clinton.

Las propuestas descabelladas, algunas de ellas, del señor Donald Trump, sumado a escándalos sexuales, truncan anticipadamente sus aspiraciones hasta llegar a que amplios sectores de dirigentes republicanos tomaran la decisión de marginarse de su candidatura.

Muchos latinos y gente nativa de los Estados Unidos, teme una victoria de Trump. ¿Pero qué tan favorable para su país y el mundo resultará la posible presidencia de Hillary Clinton? Para América Latina sería nefasta su administración y en especial para las naciones que han optado por no someterse al yugo impuesto por los gobiernos norteamericanos, Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional y en general al nuevo orden de la gobalización mundial. Recordemos que siendo Secretaria de Estado, patrocinó el golpe de estado propinado el 28 de junio de 2009 en Honduras, contra el presidente constitucional Manuel Zelaya, imponiendo un gobierno títere y favoreciendo en las siguientes elecciones a un pastor evangélico que propició la llegada de multinacionles extranjeras para que continuaran construyendo hidroeléctricas. Desde entonces, ese país centroamericano viene siendo azotado por grupos para-militares, quienes asesinan toda persona que lidere procesos contrarios a sus intereses. La ciudad de Tegucigalpa ocupa hoy el primer lugar del mundo con el mayor índice de asesinatos.

La señora Clinton ha manifestado durante su campaña el apoyo irrestricto a la política militar de Israel, indicando con ello que la guerra desigual contra el martirizado pueblo palestino continuará sin cuartel, recrudeciendo la guerra en el medio oriente. Su política de favorecer a Arabia Saudita, intensificará la guerra religiosa entre sectores extremistas islámicos, poniendo en peligro la paz mundial y contribuyendo a fragmentar la martirizada Siria. Esta política necesariamente pondrá a Rusia en estado de alerta, lo que sin exageración podría desatar una tercera guerra mundial.

Donald Trump por su parte, no parece interesado en librar guerras externas y su programa está centrado en invertir grandes recursos en reconstruir la infraestructura de su país para generar más empleo y estabilizar la economía. Paradójicamente propone revisar los tratados de libre comercio, negociados y aprobados por sus antecesores con países latinoamericanos y de otras regiones pues los considera lesivos para la economía de su país.


Pero será finalmente el pueblo estadounidense quien en su sabiduría y conveniencia elegirán el próximo mandatario de la nación americana.        

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