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10/19/2016

En peligro la libertad de prensa en el Huila

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Santiago Villarreal Cuéllar

Profundamente extrañados están mis lectores del diario huilense La Nación, por la no aparición de mis columnas de los martes. En los mensajes recibidos me interrogan la razón de por qué no he vuelto a escribir. Debo decir que he enviado la acostumbrada columna al mencionado diario pero no ha sido publicada. Claro que no tienen ninguna obligación de hacerlo pues los diarios pueden prescindir de sus colaboradores cuando a bien les parezca.

Sin embargo, debo decir que este suceso ocurrió después de publicar una columna donde hice algunas críticas al señor gobernador del Huila, Carlos Julio Gonzales Villa. Pero no quisiera creer lo que algunas fuentes bien informadas y de forma confidencial me manifestaron: que el mandatario se sintió muy ofendido cuando leyó mi columna y seguramente influyó ante los propietarios del prestigioso diario para que no continuara publicando mis escritos. Y digo que no quiero creerlo porque no concibo la idea de que un hombre formado en la facultad de ciencias sociales y humanas, que en el pasado cuando se desempeñó como legislador presentó proyectos de ley de corte humanista, quiera hoy empañar su imagen recurriendo a la censura oficial de prensa por el hecho de que un humilde periodista, que contribuyó para que fuera elegido, critique su gestión.

De ser cierto, me parece sumamente peligroso para un departamento como el Huila, que un mandatario quiera jugar a ser dictadorzuelo, tratando de callar a quienes hacemos reparos a su administración. Y digo que es peligroso porque quizá para algunos comunicadores y periodistas parezca exagerada mi apreciación. Pero debo decir que así empiezan aquellos personajes revestidos de algún poder cuando se enojan porque la prensa no los elogia o recurren a la lisonja para granjearse con ellos. Intentan sellar la boca de humildes periodistas y terminan censurando grandes medios cuando estos no se arrodillan a sus intereses.

A mis queridos lectores quiero manifestarles que si bien el diario La Nación me puede negar la publicación de mis columnas, continuaré por este y otros medios, escribiendo y criticando las actuaciones de los mandatarios locales y nacionales cuando así lo considere pertinente. El señor gobernador del Huila no podrá censurarme ni impedir que escriba y denuncie cuando tenga que hacerlo, a menos que recurra a otras formas para callarme.

Y que sepa la comunidad del Huila, que sepa el país y la comunidad internacional donde Nueva Era tiene muchísimos lectores, que en esta provincia, ubicada al sur de Colombia, no existen garantías para ejercer la libertad de prensa. Que aquí cuando no se censura al periodismo libre, influyendo con el poder para callar al periodista, lo mandan a asesinar como ocurrió en Pitalito con los periodistas Nelson Cavajal Carvajal, y Flor Alba Núñez Guzmán.           


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