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6/22/2016

¿Hacer la paz bajo chantaje?


Santiago Villarreal Cuéllar

Dicen los más cercanos colaboradores de la casa de Nariño que el presidente Juan Manuel Santos es dado al chisme. Quizá esa patología sea la causa de tantas incoherencias que el primer mandatario ha dicho durante sus seis años de mandato. La última fue en Medellín, ante la presencia de delegados internacionales, cuando afirmó que si los colombianos no votamos el sí al plebiscito por la paz, nos veremos avocados a más guerra y terror, esta vez en zonas urbanas pues según él, las farc están listas para actuar. ¡Que desfachatez! Como si los colombianos cuarentones no supiéramos que esta guerra bárbara entre guerrillas y estado no fuera horrorosa. Pero lo más temeroso de su frase es querer imponer bajo el chantaje la aprobación de un proceso que de por sí no necesita ser consultado a los colombianos porque si la mayoría votó por él en el año 2014, fue precisamente porque aprobaba su propuesta de paz. Ahora, si la Corte Constitucional aprueba la convocatoria a ese plebiscito, los colombianos que desde el inicio de los diálogos de paz hemos apoyado ese proceso, votaremos por el sí, sin necesidad de amenazas; y creo que millones de colombianos también lo harán positivamente.


Esas salidas en falso del jefe de estado lo único que hace es dar razón a quienes abanderan la oposición al proceso de paz, que no son pocos, y que de seguir con su campaña de desprestigio al proceso, el sí puede ser derrotado en las urnas. A veces creo que el primer mandatario, defensor de la rancia oligarquía bogotana y de los 2.681 dueños que poseen los mayores depósitos bancarios (capitalistas) no es sincero con el proceso de paz. Pienso en los más de treinta años que los anteriores presidentes nos han engañado, unos jugando a construir la paz mediante el dialogo, y otros a derrotar los alzados en armas utilizando la guerra. Tengo el temor y sospecha que estas negociaciones que hemos apoyado sin vacilación ni condiciones, pueden echarse por la borda con el plebiscito. Y lo digo por la impopularidad del presidente Santos en todo el país. Millones de colombianos pueden estar votando en contra de la paz, no porque no la quieran, sino porque es una forma de protestar contra el jefe de estado. Esto sería desastroso, porque Santos como Pilatos se lavaría las manos diciendo: fue el pueblo, yo no fui. Por otro lado me pregunto: ¿Qué harán los jefes del centro democrático con las firmas que están recolectando? Otro embuste al pueblo martirizado por la guerra y engañado por sus líderes.      

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