Santiago Villarreal Cuéllar
Dicen que en asuntos de política nada está
escrito; otros afirman que esta es dinámica y cambia constantemente; diríamos
entonces que no se podría predestinar el futuro político de un pueblo. Sin
embargo, creo que hay acontecimientos históricos que no se pueden detener y el
destino político de algunos pueblos se vislumbra desde lejos, y no tuerce el
curso de la historia. Eso sucede en Neiva y Pitalito, donde las campañas
políticas avanzan, pero el destino parece predestinado para que dos personas
sean sus alcaldes porque así lo quieren estos pueblos, y no parece convencerlos
otras opciones.
La calurosa capital huilense conoce a Rodrigo
Lara Sánchez desde mucho rato; hace cuatro años fue el segundo en votación
después del ganador. Se cobró el cariño de la gente; se quedó en sus mentes y
corazones como dicen los enamorados. No obstante haber dos contendores más, con
ánimos de gobernar a Neiva, los entendidos en ciencias políticas y sociales,
aseguran que es imposible derrotar a Lara. También lo dicen los sondeos de
opinión, la gente en las calles, en oficinas, en los buses, y en todos lados;
Rodrigo Lara será su alcalde; quieren experimentar, desean cambiar, y esa
libertad que tienen para votar inclinará su conciencia. Los otros dos
candidatos no dan su brazo a torcer, y como en toda democracia respetable
continúan su campaña en busca de torcer el pescuezo de esa historia que parece
trazada.
Algo similar sucede en la segunda ciudad del
Huila, Pitalito. Nuestro hermoso Valle de Laboyos conoce a Miguel Rico desde
hace mucho rato, pero aprendió a inculcarlo en su cerebro desde hace cinco
años, cuando se postuló para ser elegido candidato por un partido político que
terminó por no concederle el aval. Sin embargo, Miguel no se detuvo y su
poderoso equipo logró impulsar su candidatura por otro partido. Perdió las elecciones por estrecho
margen frente al actual mandatario. Quiso retirarse a su vida de campo, lo que
más le apasiona, pero la comunidad que finalmente determina los destinos de las
personas y de los pueblos, renovó sus adhesiones obligándolo a volver al ruedo
político. Hoy encabeza los sondeos de opinión, y en calles de centros poblados
y campos rurales, el nombre de Miguel Antonio Rico, es considerado como el
seguro alcalde de Pitalito. En esta contienda el abanico de candidatos es
amplio en nuestro rico municipio; son nueve personas, todas de excelsas
calidades y virtudes, que aspiran ser alcaldes. Pero todo parece indicar que
será este hombre de pocas sonrisas, pocos abrazos y pocos besos, el nuevo
mandatario de los laboyanos.
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