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7/16/2015

Robaron lo más sagrado


Santiago Villarreal Cuéllar

El “emperador” subestimó las denuncias de los humildes veedores; su soberbia, su orgullo, su don de poder, cegó sus ojos y tapó sus oídos al ruido de las denuncias; amigo de altos mandos militares, políticos, jerarcas de la Iglesia Católica, gente de la alta sociedad, periodistas y dueños de medios de comunicación, sintió un día que era inmune a la ley; y quizá pensó que su descomunal suma de dinero acumulada durante años direccionando la institución, taparía cualquier vestigio de investigación. Pero un día fue sorprendido por agentes de la Fiscalía, y esposado fue llevado hasta los estrados judiciales, no sin antes protestar y pedir respeto por su alta dignidad; tras él, otro grupo de presuntos responsables del desfalco a la salud en el Huila, fueron llevados, esposados, hasta los mismos estrados. Superada la sorpresa, el “emperador” puso su fe en sus prestigiosos abogados quienes arguyeron toda clase de triquiñuelas jurídicas para tratar de sacar libre a su cliente, o en su defecto conceder el beneficio de casa por cárcel; pero los implacables jueces dictaminaron reclusión en centro penitenciario. El lacayo director de la cárcel se apresuró a bajarse de su cama y dejar al “emperador” que durmiera en ella, mientras decoraban una celda especial para tan prestigioso huésped. Varios presuntos implicados en semejante desfalco, entre ellos varios ex alcaldes de diferentes municipios del Huila, han sido capturados, y faltan más, según afirmaciones del jefe anti-corrupción de la Fiscalía General de la Nación.  

Hasta la fecha todas estas personas, incluyendo al “emperador,” solo han sido sindicadas y apenas se inicia la investigación, por lo que solo se presume algún vínculo por tan vergonzoso robo. Pero existe una dolorosa realidad: existió una doble contratación en la prestación de los servicios de salud del régimen subsidiado, con una de las más grandes E.P.S. del Huila, como es Comfamiliar. Las pruebas aportadas por la Fiscalía sorprenden al más avezado pícaro. Pero lo más doloroso de este triste episodio, es que robaron lo más sagrado como son los recursos económicos destinados para prestar los servicios de salud de las familias más pobres del departamento. Hasta la fecha la justicia ha demostrado su prontitud y rectitud en este negocio y la ciudadanía espera que continué así hasta el final del proceso, que seguramente será largo y controvertido. Todos, algunos, o alguien será condenado por este descarado desfalco, pero no todos podrán demostrar su inocencia, porque se atrevieron a robar el dinero sagrado destinado a los pobres. Y cuando se roba a los pobres, dicen los creyentes,  los ladrones no tienen  perdón de Dios.   

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