Santiago Villarreal Cuéllar
El oportuno anuncio hecho por el presidente Juan Manuel Santos de suspender nuevamente los bombardeos contra los campamentos de las farc, constituye un gran alivio, una noticia maravillosa y la oportunidad de vivir en paz de cientos de miles de familias campesinas; colonos que debido a las condiciones de pobreza extrema, marginados por una sociedad excluyente y un estado cruel, se fueron a descuajar bosques para sembrar maíz, yuca, plátano y otros productos de pan coger para sobrevivir en las agrestes montañas, o las calurosas selvas húmedas de la Amazonia; ellos son las principales víctimas de los horrorosos bombardeos pues los campamentos guerrilleros generalmente están ubicados en esas zonas donde viven los colonos.
Esos bombardeos destruyen los cultivos, matan los animales domésticos y destruye las desvencijadas casuchas de estas humildes familias; ellos y nadie más que ellos sufren el rigor de la guerra; y ellos están alegres, regocijados, y ante todo esperanzados de que por fin estos bombardeos los dejen dormir tranquilos, puedan trabajar y vivir en paz.
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