Santiago
Villarreal Cuéllar
“Para
pelear, amansar y enamorar,” dice el preámbulo de la Oración del
Duende, publicada en un viejo libro llamado “Páctun,” edición
francesa de 1867. Particularmente despierta mi curiosidad leer estos
libros de fórmulas magistrales, donde el sincretismo religioso se
mescla con la superstición, la leyenda y el mito, no solo europeo,
sino latinoamericano. El duende como leyenda nórdica, donde seres
diminutos (gnomos), con figuras humanas, generalmente masculinas,
habitan en las raíces de los gigantescos árboles de los bosques
finlandeses, noruegos y suecos. Pero estos pequeños seres también
los encontramos en la cultura aborigen de los chibchas, habitantes
del altiplano cundi-boyacense; pequeños niños, recién nacidos,
llorones, que al tocarlos se convierten como por arte de magia en
pequeños muñecos de oro, conocidos con el nombre de Tunjo.
Leyendo
la Oración del Duende, me parece que fue escrita por algún
sacerdote católico mexicano, o centroamericano; no solo por la
cantidad de invocaciones a María Santísima, los tres clavos de
nuestro Señor Jesucristo, sino porque refleja el machismo
latinoamericano. Para pelear: somos pueblos guerreros, peleadores,
machos violentos; para ello la idiosincrasia y el folclor popular
crea rezos y oraciones para ganar peleas, y hacerse invisible ante el
enemigo. Para amansar: los latinoamericanos, machos, amantes de los
caballos y las vacas; en las diferentes culturas de nuestro
hemisferio ha existido la creencia de que ciertos rezos, oraciones y
exorcismos, amansan el ganado de distintas especies. Para enamorar:
el hombre latino, especialmente aquel que no posee una vasta cultura
intelectual, en su instinto machista cree en los milagros y hechizos
para conquistar el amor de aquellas mujeres que no están a su
alcance; se cree con el derecho de conseguir el amor a cualquier
precio, incluso mediante rezos, oraciones y filtros mágicos. Esa
cultura subsiste en nuestros días y por esa razón los consultorios
de charlatanes se ven abarrotados de hombres que buscan el secreto
mágico para enamorar. Para finalizar diré, que los duendes están
lejos de servir de intermediarios para suplir los deseos absurdos del
hombre ignorante.
5 comentarios:
Y la oración?
Q locuras Dios todopoderoso es el único q suple nuestras necesidades
Publica la oración porfa 🙏
Buenas noches amigo me gustaria que por favor publicaras la oraciòn muchas gracias
Jajaja no público la oración; los dejo como al ternero
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