Santiago Villarreal Cuéllar
Hace más de setenta años se viene escribiendo
libros, artículos de prensa, revistas, documentales de televisión y programas
de radio sobre la supuesta huella dejada por seres de otros planetas en nuestra
tierra. Existen millones de fotografías y otro tanto de vídeos donde muestran
objetos voladores no identificados; unos en forma de platillos, otros largos y
puntiagudos, algunos parecidos a estrellas, y muchos con figuras parecidas a
seres humanos. Es un mosaico donde hasta el más escéptico duda sobre si son o
no ciertos estos documentos visuales. Cientos de miles de personas de distintos
países aseguran haber sido contactadas por seres de otros mundos, y son miles
quienes afirman haber sostenido relaciones genitales con hembras de otros
planetas. Curiosamente no son muchas las mujeres que dicen haber sido
embarazadas por extraterrestres, pero que las hay, las hay.
Una corriente seudocientífica hace muchos
años diseminó la idea sobre posibles huellas dejadas por seres venidos de otros
mundos. Aseguran estos “sabios” que monumentos arqueológicos de las culturas,
Maya, Azteca, Tolteca, Mixteca, Incas, especialmente el templo del sol en
Machupichu, fueron construidos por extraterrestres. He leído algunos libros
donde afirman que las pirámides egipcias también las construyeron con
tecnología de otros planetas. Nos asalta la duda cuando no encontramos ninguna
afirmación relacionada con los vestigios arqueológicos conservados en Europa.
Estos sí fueron diseñados y construidos por terrícolas, y no por seres de otros
mundos. El eurocentrismo está presente en todas las culturas y durante siglos
nos ha querido inculcar que la cuna de la civilización occidental nació, creció
y se diseminó por el mundo gracias a ellos, los europeos. Los grandes descubrimientos
chinos y caldeos no son tenidos en cuenta a la hora de difundir la influencia
cultural en nuestro planeta. Se nos quiere hacer creer que las grandes civilizaciones
de América, ya enumeradas, y destruidas casi en su totalidad por la bárbara
invasión española, no fueron más que unos pobres diablos que nada sabían. Eran,
según el invasor europeo influido por su fanatismo religioso, herejes,
ignorantes, y violentos.
La cultura americana desde México hasta la
Patagonia, fue una de las más grandes y avanzadas civilizaciones. Su tecnología
en arquitectura, ingeniería civil, agricultura y bellas artes no tiene
comparación con otras de todo el planeta. La razón por la que los invasores
llegados de Europa destruyeron sus edificios y sus esculturas fue precisamente
para tratar de borrar las huellas del avance cultural, que superaba la que
tenían en esa época en Europa. Aquí los extraterrestres no construyeron nada;
en América solo existió una raza humana superior a la europea, pero con genes
terrestres.
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