Santiago Villarreal Cuéllar
Mientras miles de venezolanos en diferentes ciudades del país hacen colas interminables en las entradas de almacenes, supermercados, farmacias y otros lugares donde expenden productos de primera necesidad, grupos de políticos opositores se reúnen en secreto, en logias y reciben instrucciones vía internét o por celular, para terminar de fraguar la protesta que empezará la próxima semana, a partir del lunes 19 de enero de 2015.
En Caracas, la capital de la república de Bolívar, los jefes de la oposición, encabezados por la ex diputada María Corina Machado, la más extremista de la derecha venezolana, quien no vacila en pedir la renuncia del presidente de la nación, Nicolás Maduro, en declaraciones a medios de comunicación internacional, también se preparan con sigilo, en un silencio sospechoso, en logias secretas, para trazar los últimos detalles de lo que planean será el coletazo final para tratar de derrocar el régimen existente.
Al coro de opositores que no están unidos pues cada uno baila una melodía diferente; todos llenos de ambiciones de grupo y personales, se manifiestan el alcalde de Caracas Antonio Ledezma, el preso Leopoldo López y el ex candidato presidencial Enrique Capriles. Este último se ha mostrado prudente, más parco, olfateando el posible fracaso de las protestas que están fraguando y quizá temeroso de los muertos que por su culpa pueden ocurrir en estas jornadas que seguramente se tornaran más violentas que las del año pasado. Él sabe que otros sectores de la oposición utilizarán la violencia (grupos para-militares) que sabotearan las protestas para convertirlas en un polvorín peligroso.
Las protestas bien orquestadas por estos sectores opositores, manipuladas por los medios de comunicación internacional al servicio de las tráns-nacionales, cuyos periodistas pagados por empresas petroleras privadas, ya anuncian el fin de la era Chávez y la caída de Maduro. Pretenden iniciar las protestas el lunes 19, y culminar el viernes 23 de enero, fecha histórica de Venezuela en la que en 1958 derrocaron al general Marcos Pérez Jiménez, y en la que están convencidos, se repetirá la historia.
Sin embargo, creemos que el régimen establecido democráticamente en 1999 por el coronel Hugo Chávez, y continuado por mandato popular por Nicolás Maduro, no sucumbirá en esta oportunidad. No obstante la enorme crisis económica por la que atraviesa el país, con una escasez de productos de primera necesidad nunca antes vista en la historia de Venezuela, el régimen socialista todavía le queda mucho margen de maniobrar, y continuará rigiendo los destinos del país. Y no sabemos hasta cuándo.
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