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9/24/2014

Propiedades terapéuticas de la marihuana


Santiago Villarreal Cuéllar

Un frasco de vidrio cuyo interior contenía un líquido color marrón fue utilizado por un curandero para frotar las hinchadas piernas de una campesina en algún paraje rural; realizando masajes con un pedazo de trapo, untado del líquido, gastó un cuarto del contenido; mientras frotaba la pierna, un olor fuerte a alcohol penetró por el olfato de los mirantes. Interrogado sobre la misteriosa substancia y las bondades terapéuticas, respondió que se trataba de marihuana dejada en maceración por algún tiempo en aguardiente, y que servía para tratar y curar el reumatismo. “Desinflama la hinchazón, alivia el dolor y con el tiempo la enferma se cura,” manifestó el curandero. En muchas comunidades se utilizan las hojas de marihuana, mescladas no solo con aguardiente, sino con ron o alcohol etílico para tratar dichas dolencias. Estas son las propiedades terapéuticas de la marihuana conocidas en nuestro medio. Sobre las bondades medicinales, substancias que puedan servir para preparar algún medicamento y tratar alguna patología en particular, no se tiene conocimiento científico. Ninguna universidad en el mundo entero, hasta la fecha, ha investigado, comprobado y aprobado el uso de esta planta psicotrópica para uso medicinal o terapéutico. En los 15 estados de los Estados Unidos, donde se ha legalizado el uso de la planta con “fines terapéuticos,” no se tiene conocimiento científico, ni se ha patentado el primer fármaco a base de alguna substancia extraída de esta planta, que certifique sus bondades terapéuticas. Su uso sigue siendo el mismo que conocemos en muchas partes: fumar marihuana para llenar unas necesidades psicosomáticas, típicas de nuestra sociedad occidental. En algunos países orientales como China, Nepal y Mongolia, la fuman los sumos sacerdotes de algunas religiones autóctonas, con el noble propósito de desdoblar su cuerpo y mente, y ver, según ellos, las cosas del pasado, presente y futuro.
Hago este recuento, en virtud del proyecto de ley presentado por el senador Juan Manuel Galán al congreso, en cual propone “legalizar el uso de la marihuana con fines terapéuticos.” ¡Seamos realistas! La marihuana debe legalizarse para permitir que cientos de miles de colombianos que la fuman diariamente, a escondidas como delincuentes, puedan hacerlo libremente como lo hacen con el cigarrillo o el alcohol. El presidente del Uruguay José “Pepe” Mujica fue audaz; propuso el uso de este psicotrópico para uso psicosomático. No disfrazó el proyecto de ley con sofismas de distracción; fue franco, sincero. Para los adictos a la marihuana no existe tratamiento curativo, y no hay esperanzas por parte de la psiquiatría de encontrar ni siquiera algún paliativo. La opción es legalizar su consumo.   
     


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