Santiago Villarreal Cuéllar
De paternalista tildan algunos políticos,
periodistas y gente poseedora de alguna forma de fortuna, al estado colombiano
por las migajas entregas en el programa Familias en Acción, y un mezquino
subsidio a unas pocas personas llamadas de la tercera edad. Quienes así piensan
creen que el estado es una empresa más para acumular dinero, despilfarrarlo,
robárselo o invertirlo en la guerra cruel que padecemos hace 60 años. Muchos
conformistas tienen la certidumbre que nuestro sistema político regala muchas
cosas y no se debe pedir tanto. Es bueno recordar que las míseras dadivas a
familias mal llamadas vulnerables y de la tercera edad en Colombia, obedecen a
políticas monetaristas diseñadas por el Banco Mundial y Fondo Monetario
Internacional para aquellos estados cuyo modelo económico es el
neo-liberalismo. Conscientes del descalabro económico que sufre la mayoría de
familias de los países donde este nefasto modelo es impuesto, un paliativo para
impedir una explosión social, consiste en dar a gotas, dinero que no suple las
necesidades básicas de cada familia, pero las mantiene contentas mediáticamente.
Desde la República de Platón, pasando por el
imperio romano, el feudalismo de la Edad Media, hasta la aparición de las
formas republicanas democráticas, la concepción del estado es buscar el
beneficio común. El estado se concibió como una forma de regular las
relaciones, pueblo gobierno. Las mismas monarquías europeas no fueron ajenas en
tratar de regular sus relaciones con sus súbditos. Fue precisamente el abandono
de muchas de estas formas de servicio lo que dio al traste con la monarquía
francesa, en lo que conocemos como la Revolución. La forma de gobierno encontrada
en la civilización Azteca, Maya, Chibcha, Inca y Mapuche, tenían como premisa
una organización social que favorecía las mayorías. Sembraban alimentos en
forma colectiva, se pagaba tributo y el resto se repartía equitativamente entre
sus moradores. La Utopía de Tomás Moro constituyó el principio de la concepción
política de una propuesta socialista, rediseñada posteriormente por Marx y
Hegel, originando los ideales comunista, socialista, la social-democracia y el
estado social de derecho.
En las democracias occidentales del siglo
pasado, basadas en el sistema capitalista, Keynes propuso un estado
intervencionista para regular esa relación del estado con sus ciudadanos. El
papel de un estado social de derecho consiste en ser benefactor de su pueblo,
más aún si ese pueblo es mayoritariamente débil y pobre como el caso
colombiano. El rol de un estado debe ser el mismo desempeñado por los padres
con sus hijos: criarlos, alimentarlos, protegerlos y educarlos. Si no es así,
será como ese mal padre a quien demandan por alimentos.
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