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7/31/2014

Ataque a Gaza. Un rito satánico de sangre


Santiago Villarreal Cuéllar

Un demiurgo, un demonio, una entidad diabólica, satánica, como diríamos en Occidente; una entelequia personificada en guerra, destrucción, derramamiento de sangre, mucha sangre. Esa es la premisa del rito satánico judío, exotérico, secreto, llevado a cabo en lo más secreto de las logias (sinagogas), donde los grandes rabinos fundamentalistas ofrecen sacrificios de sangre, sacrificios humanos, pero especialmente sacrificio de niños; niños inocentes, niñas y niños vírgenes, no circuncidados los varones; porque para el rito judío todos los niños de sexo masculino deben ser circuncidados en el mismo instante de nacer. 

Ningún objetivo mejor que la población palestina; población martirizada por una guerra desigual, donde el enemigo (Israel), posee hasta armas atómicas, mientras el pueblo palestino se defiende con armas rudimentarias, artesanales.  

La ciudad de Gaza fue la victima desafortunada para cumplir con el rito de sangre, rito satánico, rito rabínico, ordenado por el demiurgo (demonio), para que la sangre no judía, sangre gentil sea derramada. Es preciso degollar para desangrar; en el rito satánico judío todo cuerpo no hebreo debe desangrarse al morir. En la guerra contra la población de Gaza no se puede degollar, pero sí se puede destruir; destruir cuerpos, esparcir masa cerebral, descuartizar extremidades, hacer correr la sangre a chorros; debe derramarse mucha sangre; ríos de sangre para cumplir los deseos del sediento demiurgo.  

Lo que sucede hoy en esta guerra genocida en Gaza, no es solo una guerra política; no es solo por la ocupación de un territorio y el desalojo de sus moradores, ¡no! Aquí  se está cumpliendo las ordenes de un espíritu satánico personificado en un gobierno maligno; un gobierno (de Israel) que obedece ordenes del más allá; del mundo del demiurgo, del mundo del rito satánico reflejado en las sinagogas y ritos judíos. Solo los exoteristas sabemos los secretos de las logias; los secretos del Talmúd, de la Tora y de la Kábala numeral hebrea. 

Y falta mucho aún para cumplir los designios del demiurgo. El mundo debe prepararse para lo peor, porque esta guerra apenas comienza y nada ni nadie podrá detenerla. Prepárense para lo peor. 

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