Santiago Villarreal Cuéllar
Desde las elecciones presidenciales de 1970,
la derecha colombiana no había estado tan polarizada como ahora. Y sí que se parecen
a las de aquel año; los dos punteros eran Misael Pastrana Borrero, quien
representaba la derecha del frente nacional, y el ex presidente Gustavo Rojas
Pinilla, representante de una derecha populista; Rojas contaba con amplia
simpatía entre el Ejército y la Policía; Oscar Iván Zuluaga también ahora
recibe piropos de esas dos fuerzas; a la rancia oligarquía bogotana no le caía
bien el general Rojas Pinilla; Zuluaga tampoco es bien visto por esa cúpula
clasista que miran a Uribe y su combo como aparecidos, arrabaleros y quizá para
Vargas Lleras, unos gamines; Rojas Pinilla hacía promesas típicas de izquierda,
ahora Santos también las hace; en 1970 el pueblo raso y la clase no educada era
partidaria de Rojas, mientras la clase intelectual estaba con Pastrana; ahora Zuluaga
atrae esa clase desarrapada, no letrada, mientras la intelectualidad apoya a
Santos; los grandes medios de comunicación estaban en el setenta a favor de
Pastrana y menospreciaban a Rojas; un parecido ocurre hoy con Zuluaga, cuyos
pulpos de la información no lo mascan, mientras a Santos le dan gran despliegue
y le echan piropos; finalmente, el 19 de abril de 1970 le robaron las
elecciones a Rojas y colocaron a Pastrana, pero el viejo general no opuso
resistencia pues se trataba de la misma derecha, dividida y polarizada para
engañar al pueblo y hacer creer, como sucede ahora, que eran enemigos
irreconciliables.
Ahora la derecha se ha desbordado en
promesas. Los dos candidatos a la par ofrecen cada día una promesa más; más
embuste, más engaño, más de lo mismo. Esta vez llegaron más lejos y fueron tan
astutos que pusieron a votar hasta la izquierda por ellos. Nunca llegaremos a
comprender cómo un escritor de la talla y pensamiento de izquierda como Wiliam
Ospina fuera partidario de Zuluaga. Claro está que desde hace varios meses
venía piropeando a Uribe desde sus columnas en El Espectador. Y quién iba a
pensar que los comunistas y otros sectores respetables de izquierda adhirieran
a Santos. Esto parece un sueño y no una realidad política que solo ocurre en
Colombia. La derecha colombiana, tanto la clasista de salones, etiqueta y
protocolo que apoya a Santos, lo mismo que la extrema derecha arrabalera y de
cerreros que acompañan a Zuluaga, deben estar que se revientan de la risa de
ver una izquierda temerosa, humillada y de rodillas ante sus verdugos. Ante
tanta sumisión, el voto en blanco es el único derecho digno.
1 comentarios:
Viele Menschen gehen davon aus, dass junge Männer keine Probleme mit einer Erektion haben, als Universelle Wahrheit. Es funktioniert jedoch nicht. Wir haben auch psychische Probleme, die ein Grund sein können, also Lösung, wenn Sie das gleiche problem haben
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