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4/13/2014

Crisis en Italia y España


Por Adalberto Santana
En diversos países europeos la crisis capitalista se ha dejado sentir en mayor medida en los sectores populares y medios de los más amplios grupos sociales de países como España, Italia, Portugal o Grecia. Incluso en las naciones económicamente más desarrolladas no han escapado a esa misma crisis sistémica. El siglo xxi dentro de su modernidad en el Viejo Mundo ha llevado a amplios sectores ha sufrir los mayores embates de los que se tenga memoria en los últimos cincuenta años.
Especialmente el segmento de los jóvenes han resentido con mayor rigor los embates del capitalismo salvaje y de la flexibilización del trabajo. El pasado 12 de abril de 2014, se generaron en Roma y París una serie de movilizaciones en las cuales las organizaciones convocantes llamaron a luchar bajo la consigna de una lucha anticapitalista.
En la urbe de la capital italiana en el curso de la semana que abarcó del 7 al 12 de abril de 2014, en distintos puntos de la gran capital romana, comenzaron a figurar en los muros de la misma y especialmente en los alrededores de las estaciones del metro donde concurren cotidianamente numerosos obreros, trabajadores de los servicios, empleados de bancos y del pequeño comercio, así como estudiantes universitarios, desempleados, migrantes indocumentados, amas de casa o jubilados, afiches o carteles convocando a la concentración anticapitalista.
La respuesta fue destacada, algunos medios de información apuntaron:
“La protesta se tornó violenta en Roma cuando un grupo lanzó piedras, huevos, naranjas y petardos a la policía antidisturbios frente al Ministerio de Industria. Los agentes intentaron dispersar el grupo con macanas, pero los manifestantes se defendieron lanzando piedras y petardos. Un peruano de 47 años perdió una mano luego de que un petardo le estalló antes de que lo arrojara. Hubo decenas de heridos leves entre los uniformados y los manifestantes, y al menos seis detenidos, informó la policía.” (La Jornada, México, 13/04/2014, Reuters y Afp).
Es evidente que en estos países europeos (“latinos”) la crisis ha afectado a una gran mayoría, pero esencialmente los que han mostrado una mayor capacidad de respuesta son los jóvenes. Ellos han tenido la capacidad de movilizarse y en cierto sentido se han convertido en la vanguardia de los grupos más descontentos. Los jóvenes en Italia alcanzan un desempleo que aumentó más de 40 por ciento. Así la rebeldía ha sido un principal elemento de respuesta frente a la crisis.
Políticamente también se ha estimado que en la actual administración italiana que dirige el primer ministro Matteo Renzi, quien asumió el poder en febrero, ha tratado de congraciarse implementando algunas reformas. Pero en ella figuran propuestas neoliberales con un marcado recorte de impuestos. Con ello se trata de activar la economía. En el fondo de esas crisis del sistema capitalista en Europa, lo que se muestra es el agotamiento de un modelo que trato de homogenizar el consumo de amplios sectores sociales. Trató tanto en Italia como en España que la gran mayoría se sintieran miembros de una amplia clase media.
Hoy el panorama es distinto. Los que acumularon capitales especulativos y han podido enfrentar la crisis se ubican en las escalas superiores de las clases sociales, su consumo es de un primer mundo. Tanto pueden acceder a los grandes consumos de lujo y comprar toda una serie de productos de “marca” en Roma en los alrededores de la Plaza de España o bien en Madrid en el barrio de Salamanca. En tanto que el grueso de la población cada día resiente más la crisis y sus consumos se van reduciéndose quedándose como consumidores de lo mínimo y necesario. El paulatino deterioro económico y social se hace más que evidente.El sentido de pertenencia a los más amplios sectores populares es incuestionable.
Así políticamente en España la credibilidad en el gobierno del Partido Popular (PP) va a la baja. La figura de Mariano Rajoy muestra la incapacidad de la derecha para gobernar para todos. Los más recientes sondeos demuestran que:
“El 90 por ciento de los entrevistados cree que la situación económica es mala o muy mala, el 69 por ciento no vislumbra una mejora en los próximos meses y para el 70 por ciento el desempleo, que afecta a seis millones de personas, seguirá igual o peor. Asimismo el 75 por ciento desaprueba la gestión de Rajoy, índice que hace dos años era del 58 por ciento” (Telesur, 6 de abril, 2014).
Sin duda en la crisis del capitalismo europeo no se ve una salida fácil y mucho menos inmediata. Por el contrario, el modelo europeo de los países “latinos” (España, Italia, Francia y Portugal) parece agotarse rápidamente y sin una real alternativa en el corto o mediano plazo. Es la hora en que las mayoría populares sean imaginativas y encuentren una real salida a la crisis, para ello seguramente deberán cambiar de paradigma y diseñar una sociedad más incluyente, alternativa y solidaria con los más pobres. De lo contrario, se generaran de nueva cuenta como en otros momentos de la historia, fuertes convulsiones sociales marcadas por una cruda violencia social.
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