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1/02/2014

Adolescentes embarazadas



Santiago Villarreal Cuéllar
Juanita tiene catorce años, cursa noveno grado y está embarazada. ¿Está preparada para ser madre? ¿No sirvió la educación sexual impartida en su colegio? El padre de la nueva vida de Juanita es Manuel, otro adolescente de 16 años. ¿Estará preparado para ser padre? Todos estos interrogantes llegan siempre que han pasado los hechos. Generalmente los padres de las adolescentes terminan asumiendo el rol de padres y abuelos de la nueva criatura que llega al mundo involuntariamente. Los índices de chicas adolescentes embarazadas son altos en nuestros países subdesarrollados. Esto se debe a una educación sexual deficiente (si la hay) en los colegios; a la desinformación sobre sexualidad, o simplemente a mitos con relación al tema.
Muchos maestros encargados de orientar sexualmente a sus alumnos son tímidos a lo hora de hablar del tema, o no están lo suficientemente actualizados. Otros todavía siguen apegados a estigmas religiosos y orientan equivocadamente. Algunos estudiantes de bachiller me dicen que el profesor de sexualidad les dice que la masturbación en exceso es mala; o esta otra perla: que para evitar embarazos son mejores los métodos “naturales.” Y ni se diga de los hogares, donde debería enseñarse una verdadera cátedra de sexualidad. Todavía existen madres que enseñan a sus hijas a cuidar su virginidad y su pureza; y a sus hijos hombres sus padres les enseñan a ser “machos” y aprovecharse de toda niña que les pique el ojo. Algunas madres y padres todavía no saben qué es un preservativo, confundiéndolo con globos inflables. La mayoría de padres no les gusta tocar el tema de la sexualidad porque les parece asqueroso, pecaminoso y morboso. Olvidan que tienen sexo y nacieron gracias a estos órganos. Las religiones y sectas mal llamadas cristianas tienen gran culpa sobre tanta ignorancia y miedo sobre la sexualidad.
Al estado corresponde introducir una verdadera cátedra de sexualidad humana, desde las escuelas primarias, hasta los colegios de bachillerato. Una educación basada en las ciencias de la sexología, psicología y siquiatría, derrotando mitos y estigmas equivocados.



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