Santiago
Villarreal Cuéllar
Juanita
tiene catorce años, cursa noveno grado y está embarazada. ¿Está
preparada para ser madre? ¿No sirvió la educación sexual impartida
en su colegio? El padre de la nueva vida de Juanita es Manuel, otro
adolescente de 16 años. ¿Estará preparado para ser padre? Todos
estos interrogantes llegan siempre que han pasado los hechos.
Generalmente los padres de las adolescentes terminan asumiendo el rol
de padres y abuelos de la nueva criatura que llega al mundo
involuntariamente. Los índices de chicas adolescentes embarazadas
son altos en nuestros países subdesarrollados. Esto se debe a una
educación sexual deficiente (si la hay) en los colegios; a la
desinformación sobre sexualidad, o simplemente a mitos con relación
al tema.
Muchos
maestros encargados de orientar sexualmente a sus alumnos son tímidos
a lo hora de hablar del tema, o no están lo suficientemente
actualizados. Otros todavía siguen apegados a estigmas religiosos y
orientan equivocadamente. Algunos estudiantes de bachiller me dicen
que el profesor de sexualidad les dice que la masturbación en exceso
es mala; o esta otra perla: que para evitar embarazos son mejores los
métodos “naturales.” Y ni se diga de los hogares, donde debería
enseñarse una verdadera cátedra de sexualidad. Todavía existen
madres que enseñan a sus hijas a cuidar su virginidad y su pureza; y
a sus hijos hombres sus padres les enseñan a ser “machos” y
aprovecharse de toda niña que les pique el ojo. Algunas madres y
padres todavía no saben qué es un preservativo, confundiéndolo con
globos inflables. La mayoría de padres no les gusta tocar el tema de
la sexualidad porque les parece asqueroso, pecaminoso y morboso.
Olvidan que tienen sexo y nacieron gracias a estos órganos. Las
religiones y sectas mal llamadas cristianas tienen gran culpa sobre
tanta ignorancia y miedo sobre la sexualidad.
Al
estado corresponde introducir una verdadera cátedra de sexualidad
humana, desde las escuelas primarias, hasta los colegios de
bachillerato. Una educación basada en las ciencias de la sexología,
psicología y siquiatría, derrotando mitos y estigmas equivocados.
0 comentarios:
Publicar un comentario