Wiliam Gonzales Henao
Quienes hemos vivido a
través de la historia del café las diferentes variables y el comportamiento de
la industria, y quienes hemos representado los productores en los diferentes
espacios del gremio, podemos decir que este ha sido el año del café.
No porque quienes
manejan las políticas públicas y privadas hayan hecho algo innovador, o por los
precios en los mercados, sino porque fue el año de la peor crisis de la
historia, fue el año de quiebre para el principal cultivo insignia del país. El
café que nos ha dado tantas glorias tantas divisas, que fue el motor del
desarrollo económico y social en las zonas rurales, que ha generado miles de
empleos urbanos y rurales, pasa hoy por grandes dificultades.
Nos vimos obligados a
protestar por las pésimas condiciones económicas. Los cultivadores en su gran
mayoría no dudaron en apoyar los foros, protestas, marchas, hasta llegar al
gran paro nacional del 25 de febrero. Fueron 11 días y 11 noches donde tuvimos
que soportar las inclemencias del tiempo, y las amenazas del gobierno que con
la fuerza pública y algunos insultos de directivos gremiales, pretendió
resolver por la fuerza el problema. Sin embargo, el gobierno tuvo que resolver
con los voceros del paro a través de un subsidio temporal para la carga de café,
que ha tenido grandes dificultades y problemas sobre todo en la manera como se
entregó a través de la Federación Nacional de Cafeteros, incumpliendo entonces
la promesa que se pagaría de forma directa a partir de los dos meses de firmado
el acuerdo. Seguidamente, prometió darle un alivio a los deudores agropecuarios
con los diferentes bancos e incluso cooperativas, prometiendo también un
importante subsidio a los fertilizantes, pero jamás hemos visto respuesta
alguna. Por el contrario, lo que hubo fue el acoso de los bancos a través de
sus abogados, mediante cobro jurídico a todos los que se encontraban en
situaciones difíciles.
Expertos en el tema recomiendan, que el precio
interno del grano depende en gran medida de la competitividad de cada
caficultor. En teoría puede ser cierto, pero lo difícil es competir con unos
costos de producción tan elevados porque según estudios revelados, producir una
carga de café en Colombia cuesta $650.000, y el precio real de hoy no llega a
$400.000. Podemos sumar el subsidio, que entre otras cosas está suspendido
temporalmente.
El gobierno nacional y
la Federación Nacional de Cafeteros, conformaron una comisión de expertos para
empezar a construir lo que será la hoja de ruta de nuestro cultivo. Han analizado
los costos de producción y han crecido ligeramente desde los primeros años de
este siglo y nunca se ha hecho una reflexión profunda sobre el asunto
financiero, mientras tanto los productores han mantenido una relativa
producción constante.
Indica el director de
la misión, el doctor Echavarría, que el problema del cultivo del gremio en
Colombia, es la baja competitividad. Recomienda que en Colombia no se prohíba la
siembra de cafés robustas, como en Vietnam, Perú y otros países, porque son
proyectos que pueden ser rentables como la palma africana. ¿Qué caficultor
estaría dispuesto a cambiar o a salir de su parcela de una hectárea para
aventurarse a los llanos orientales, los planes del Tolima y Huila, y
competirle a los posibles grandes inversionistas o multinacionales como los de
la palma? Esto solo puede ser posible para los banqueros de este país.
Nuestra industria es de
pequeños minifundistas, razón por la cual debemos mantenerla y defenderla,
porque ha sido una actividad de manos laboriosas y de familias humildes que de
manera artesanal, con muchas dificultades, pero que de allí hemos dependido
durante varias décadas.
Lo que necesitamos es
el apoyo del gobierno a través de una política pública real, que proteja el
precio interno de todos los agricultores del país. Para el caso del café,
nuestra lucha será porque haya un precio de sustentación que no sea inferior a
$700.000, y que garantice los costos de producción. Así quedo consignado en la más
reciente marcha del 03 de diciembre en la capital de la república, donde el
Huila participo con una nutrida delegación. Hasta ahora no sabemos la respuesta
del gobierno nacional, y lo único que sabemos es que termina el 2013 en medio
de la incertidumbre por lo que pueda ocurrir el próximo año 2014.
Lo que menos se quiere
por parte de la dirigencia que reclama y exige, es que haya tanta injusticia
con el sector más importante el sector agrícola de Colombia.
Feliz
Navidad y Prospero Año Nuevo.
William
Gonzales Henao
Dirigente
Cafetero
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