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12/06/2013

Los campesinos somos el alma de Colombia


Wiliam Gonzales Henao

Quienes hemos vivido a través de la historia del café las diferentes variables y el comportamiento de la industria, y quienes hemos representado los productores en los diferentes espacios del gremio, podemos decir que este ha sido el año del café.
No porque quienes manejan las políticas públicas y privadas hayan hecho algo innovador, o por los precios en los mercados, sino porque fue el año de la peor crisis de la historia, fue el año de quiebre para el principal cultivo insignia del país. El café que nos ha dado tantas glorias tantas divisas, que fue el motor del desarrollo económico y social en las zonas rurales, que ha generado miles de empleos urbanos y rurales, pasa hoy por grandes dificultades.
Nos vimos obligados a protestar por las pésimas condiciones económicas. Los cultivadores en su gran mayoría no dudaron en apoyar los foros, protestas, marchas, hasta llegar al gran paro nacional del 25 de febrero. Fueron 11 días y 11 noches donde tuvimos que soportar las inclemencias del tiempo, y las amenazas del gobierno que con la fuerza pública y algunos insultos de directivos gremiales, pretendió resolver por la fuerza el problema. Sin embargo, el gobierno tuvo que resolver con los voceros del paro a través de un subsidio temporal para la carga de café, que ha tenido grandes dificultades y problemas sobre todo en la manera como se entregó a través de la Federación Nacional de Cafeteros, incumpliendo entonces la promesa que se pagaría de forma directa a partir de los dos meses de firmado el acuerdo. Seguidamente, prometió darle un alivio a los deudores agropecuarios con los diferentes bancos e incluso cooperativas, prometiendo también un importante subsidio a los fertilizantes, pero jamás hemos visto respuesta alguna. Por el contrario, lo que hubo fue el acoso de los bancos a través de sus abogados, mediante cobro jurídico a todos los que se encontraban en situaciones difíciles.
 Expertos en el tema recomiendan, que el precio interno del grano depende en gran medida de la competitividad de cada caficultor. En teoría puede ser cierto, pero lo difícil es competir con unos costos de producción tan elevados porque según estudios revelados, producir una carga de café en Colombia cuesta $650.000, y el precio real de hoy no llega a $400.000. Podemos sumar el subsidio, que entre otras cosas está suspendido temporalmente.
El gobierno nacional y la Federación Nacional de Cafeteros, conformaron una comisión de expertos para empezar a construir lo que será la hoja de ruta de nuestro cultivo. Han analizado los costos de producción y han crecido ligeramente desde los primeros años de este siglo y nunca se ha hecho una reflexión profunda sobre el asunto financiero, mientras tanto los productores han mantenido una relativa producción constante.
Indica el director de la misión, el doctor Echavarría, que el problema del cultivo del gremio en Colombia, es la baja competitividad. Recomienda que en Colombia no se prohíba la siembra de cafés robustas, como en Vietnam, Perú y otros países, porque son proyectos que pueden ser rentables como la palma africana. ¿Qué caficultor estaría dispuesto a cambiar o a salir de su parcela de una hectárea para aventurarse a los llanos orientales, los planes del Tolima y Huila, y competirle a los posibles grandes inversionistas o multinacionales como los de la palma? Esto solo puede ser posible para los banqueros de este país.
Nuestra industria es de pequeños minifundistas, razón por la cual debemos mantenerla y defenderla, porque ha sido una actividad de manos laboriosas y de familias humildes que de manera artesanal, con muchas dificultades, pero que de allí hemos dependido durante varias décadas.
Lo que necesitamos es el apoyo del gobierno a través de una política pública real, que proteja el precio interno de todos los agricultores del país. Para el caso del café, nuestra lucha será porque haya un precio de sustentación que no sea inferior a $700.000, y que garantice los costos de producción. Así quedo consignado en la más reciente marcha del 03 de diciembre en la capital de la república, donde el Huila participo con una nutrida delegación. Hasta ahora no sabemos la respuesta del gobierno nacional, y lo único que sabemos es que termina el 2013 en medio de la incertidumbre por lo que pueda ocurrir el próximo año 2014.
Lo que menos se quiere por parte de la dirigencia que reclama y exige, es que haya tanta injusticia con el sector más importante el sector agrícola de Colombia.


Feliz Navidad y Prospero Año Nuevo.
William Gonzales Henao

Dirigente Cafetero

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