Santiago Villarreal Cuéllar
El atentado con camioneta-bomba, ocurrido el 07 de diciembre de 2013 en la población caucana de Inzá, donde lamentablemente fallecieron 8 personas, entre ellas algunos oficiales y soldados de la fuerza pública y resultaron heridos una veintena de personas, nos invita a continuar insistiendo en los diálogos de paz en la Habana.
Bueno es recordar que cuando se iniciaron las conversaciones, el mismo gobierno manifestó no estar de acuerdo con el cese de fuego bilateral y que las mismas se realizarían en medio de la confrontación. De tal forma que estos lamentables hechos, hacen parte de ese accionar de las guerrillas, lo mismo que de los intensos operativos realizados por la fuerza pública.
Está demostrado históricamente que el establecimiento ha sido incapaz de derrotar la guerrilla mediante la fuerza. Queda entonces el único recurso civilizado que es el diálogo para llegar a acuerdos que pongan fin a un conflicto que ha desangrado al país por más de sesenta años.
Quienes insisten el la guerra, son necios, adoradores de la violencia y la muerte. Generalmente son personas que nunca han levantado un fusil para defender la patria, y no prestaron servicio militar, por lo que no saben qué es una guerra. Sin embargo, sí desean la confrontación para que continúen matándose unos colombianos, dejando familias huerfanas, llenas de dolor y muchas veces alimentando más el odio y la violencia.
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