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9/03/2013

Obispo de Neiva apoya el paro agrario


El excelentísimo señor Obispo de la Diócesis de la ciudad de Neiva, Monseñor Froilán Casas Ortíz, manifestó su total acuerdo con el paro agrario que realizan los labriegos en varias regiones de Colombia.


En su acostumbrada columna de opinión que publica los martes en el diario La nación del departamento del Huila, el prelado expresó abiertamente su apoyo a los campesinos.

Aquí el texto completo de la publicación:  


El justo paro agrario


Martes, 03 Septiembre 2013 02:33


En mi condición de ser “padre y pastor” en la iglesia particular de Neiva, por voluntad de Cristo y en obediencia al Papa Francisco, no debo dar calificativos a las conductas humanas. Las acciones humanas son tan complejas que es muy difícil dar un juicio objetivo. Sin embargo, permítame amigo lector, leer el paro agrario bajo algunos aspectos. En modo alguno pretendo ser exhaustivo en el asunto. No cabe duda que la protesta respetando la vida y dignidad de toda persona, es un derecho enmarcado en una democracia. La gente tiene el deber de manifestarse cuando sus derechos son vulnerados.

Este paro de una buena parte de los agricultores colombianos, sobre todo los pequeños y medianos granjeros, lo veo muy justo. Cuando hacen huelga los empleados de una empresa del sector público o privado, pero especialmente del sector estatal, el empleado sigue devengando su sueldo, así paren semanas.

En cambio, nuestros campesinos al parar, dejan de percibir dinero para su subsistencia. Cómo me duele, verlos hacinados en carpas y tiendas de campaña, viviendo de la manera más inhumana. Me pregunto, ¿por qué no fueron escuchados a tiempo?, ¿por qué se tiene que incendiar el edificio para que muestre su deterioro? Los reclamos los he venido escuchando desde hace años. ¿Quién trabaja a pérdida? ¿Cómo se entienden las políticas de los TLCs si no van acompañadas de sentido patrio? Importar alimentos cuando aquí hay en abundancia, es una política económica desleal con nuestros coterráneos. Considero apátrida, quien deja con hambre al connacional, por responder políticas globales que afectan nuestra economía. ¿Cómo es posible que no se controlen los precios y la calidad de los insumos agrícolas, cuando el productor agrícola paga sumas exorbitantes y en cambio sus cosechas son pagadas a precios irrisorios? ¿Dónde está la equidad que tanto se esgrime en los discursos? El hombre con hambre se vuelve violento. Las políticas agrarias de los diferentes gobiernos han sido muy simplistas e injustas.

Se condenan los bloqueos de las vías y en parte se tiene razón. Pero me pregunto, ¿cómo se hacen sentir las quejas, si con frecuencia, el gobierno es sordo a las justas causas? Al desabastecerse los centros de acopio, se empieza a sentir hambre en la ciudad, desafortunadamente sólo así, tomamos conciencia los ciudadanos. Sólo cuando nos duele, nos unimos a aquellos que protestan. Somos muy sesgados en los juicios. Cada quien lee los hechos de acuerdo a su propio horizonte hermenéutico de comodidad o incomodidad. Hay paros que son injustos, no cabe duda. Pero este paro de nuestros hermanos del campo, a mi juicio, es justo. Siendo el agropecuario el sector primario de la economía, es indispensable atender con prioridad las necesidades del agro. Este paro es un SOS para establecer políticas que favorezcan el desarrollo de los campos colombianos. La primera economía del mundo, los Estados Unidos de América, es gran exportador de productos agrícolas, como el trigo, por ejemplo. Si el campo está desarrollado, nuestro país irá por buen derrotero. Cuidado mis queridos hermanos del campo con dejarse utilizar. En río revuelto, ganancia de pescadores. Cuidado con los charlatanes que aparecen como mesías, cuando no han dado ni un peso por la causa.
* Obispo de Neiva

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