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7/17/2013

Crónica de un espionaje anunciado


Santiago Villarreal Cuéllar
Los sistemas de espionaje en el mundo son antiquísimos y sus metodologías han cambiado con los tiempos. El servicio de espionaje más famoso en la historia de la cultura occidental fue practicado por la Iglesia Católica desde 1184, mediante la confesión. Este sistema dio excelentes resultados para combatir la herejía y la práctica de ritos ajenos al catolicismo. Al implantarse la Santa Inquisición en España en el año de 1478, bajo la Bula del Papa Sixto IV, la confesión surtió buenos efectos sobre todo para detectar judíos, muchos de quienes fingieron abrazar la fe cristiana (marranos), pero continuaban ejerciendo los ritos del Talmud y la Tora en secreto. La tortura hizo el resto para capturar estos “impuros” y ser llevados a la hoguera.
Hago alusión a la historia porque por estos días varios gobiernos del mundo se rasgan las vestiduras debido a un gran descubrimiento: los servicios secretos de Estados Unidos nos espían. Nada hay de nuevo sobre esta reprochable práctica, pues el país del norte realiza ese tipo de operaciones desde hace más de ochenta años. Durante la llamada guerra fría, le carrera de espionaje fue brutal. Los gringos espiaban a los rusos y estos hacían otro tanto. Pero quizá el más absurdo de todos fue el pronunciamiento realizado por nuestra flamante ministra de relaciones exteriores, pidiendo explicaciones a su amo. Que cinismo, que hipocresía de nuestro gobierno. Nadie que tenga sentido común ignora que nuestro país alberga la más grande legión de asesores, agentes, espías y toda clase de personas venidas del Pentágono. Somos pioneros en Latino-América; aquí permanecen agentes de la CIA, FBI, DEA, el MOSSAD de Israel y militares norteamericanos, quienes coa-habitan en brigadas y batallones a lo largo y ancho de nuestra geografía. ¿Acaso no fue aquí donde se instalaron las bases militares norteamericanas que estaban en Manta Ecuador? ¿O es que ya se nos olvidó? Ningún cargamento de cocaína se incauta sin la anuencia de la DEA, pues de lo contrario el ejército y policía nuestra, no los ven; los guangos de billetes de los narcos nublan sus ojos, tapan sus oídos y sella sus bocas. La operación jaque que liberó los secuestrados que tenía las farc, entre ellos Ingrid Betancur, fue diseñado por agentes del FBI y la CIA. Su ejecución fue llevada a cabo por el ejército colombiano, pero allí estaban agentes encubiertos del FBI.

No es ninguna sorpresa que estemos siendo expiados, si nuestro propio gobierno es cómplice y complaciente. Otra cosa es que esa despreciable práctica se reprochada por cualquier país soberano.          

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