Santiago
Villarreal Cuéllar
El ideario neo-liberal nació en
Europa en el siglo diez y nueve, inspirado por el filósofo y
economista escoces Adam Smith, y fue puesto en practica durante la
revolución industrial. La teoría económica consagra el libre
mercado y despierta en el individuo la capacidad para surgir a como
de lugar, sin importar la debilidad del otro. Se le llama capitalismo
salvaje, pues paralelo a los animales salvajes, sobreviven los más
fuertes. En la década de los cincuenta, el economista y profesor de
la Escuela de Chicago, Milton Firedman, adaptó este modelo a las
economías estatales. De inmediato el experimento comenzó a ser
aplicado en los estados, siendo el primer país subdesarrollado,
Chile que durante la dictadura de Augusto Pinochet, aplicó sus
recetas.
Al llegar la difunta Margaret
Thatcher a ocupar el gobierno británico en 1979, instauró las
teorías; lo mismo hizo su par estadounidense Ronald Reagan en 1981 y
el canciller alemán Helmut Kohl en 1982. Pronto, todos los gobiernos
europeos, a excepción de Suiza, Suecia y Finlandia, introdujeron
dichas teorías a sus economías. Se volvió moda y los países que
hacían parte de la Unión Soviética, al derrumbarse el modelo
socialista, estrenaron la buena nueva.
Treinta años después, podemos
observar sus perversos y macabros logros: millones de trabajadores
del sector privado y estatal fueron despedidos y sus sindicatos
clausurados; se modificaron las leyes laborales, creando los empleos
chatarra, consistente en contrataciones a término fijo, por tres,
seis y un año y con salario integral; hoy nadie aspira una pensión
pues si no ha cotizado a las compañías privadas, no tendrá derecho
a jubilarse; surgieron toda clase de negocios especuladores
(pirámides, multiniveles, cadenas del dinero, cooperativas de papel,
mafias) que absorben los pingües salarios del trabajador incauto; la
clase media desapareció y la pobreza extrema creció como nunca
antes; pequeñas empresas desaparecieron o fueron absorbidas por
gigantescas compañías, so pena de ir a la quiebra; las empresas
estatales fueron vendidas al mejor postor; hoy en muchos de esos
países los servicios públicos vitales (agua, energía eléctrica,
telecomunicaciones, gas y carreteras) se encuentran en manos de
empresas privadas; los servicios fundamentales de salud y bienestar
social fueron recortados o privatizados, lo mismo que la educación.
El principal logro fue el
desplome de las principales economías de la Unión Europea y la
ruina de sus naciones. En países como España, Italia y Grécia,
muchas familias buscan en la basura la comida para subsistir; la ola
de suicidios se disparó en estas naciones y diariamente decenas de
personas se quitan la vida para evadir la crisis.
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