Santiago
Villarreal Cuéllar
Los primeros de diciembre se
conmemora el día internacional contra la enfermedad producida por el virus
T-linfotrófico humano tipo 3, denominado VAL (virus asociado a
linfoadenopatía), conocido como virus del síndrome de inmunodeficiencia
adquirida SIDA. Los primeros enfermos de SIDA fueron descubiertos en Los
Ángeles California EE.UU. en el año 1978, quienes enfermaron de neumonía y no
obstante la aplicación de medicamentos para tratar la dolencia, murieron.
Posteriormente, en 1981, en un hospital de New York, sucedió el mismo caso con
cinco pacientes. Pero solo hasta 1982, se estableció el nombre de virus en
países del Sur del África. Rápidamente, la enfermedad se expandió por ese
continente, llegando a Europa y el resto del planeta. En un comienzo se creyó
que la enfermedad solo atacaba la población homosexual, pero pronto se propagó
al género femenino.
El otro aspecto negativo de los
primeros descubrimientos fue estigmatizar a los contagiados, aislándolos del
resto de la población, pues se creía que con solo tocar a otra persona se
contagiaba. Lejos quedaron aquellos días cuando los pacientes se morían sin
saber qué medicamentos eran eficaces para tratar la enfermedad. Los avances
científicos demostraron que la infección solo se transmite por medio de la
sangre y que las relaciones genitales (sexuales) constituyen el mayor riesgo,
siempre que no se utilice el preservativo (condón). Al comienzo los pacientes
eran tratados con una serie de medicamentos a los que llamaron cocteles, debido
a la cantidad de fármacos empleados (hasta diez y seis pastillas diarias). No
obstante, en la década del noventa y el dos mil, la ciencia médica desarrolló
los primeros retro-virales compuestos, hasta llegar a perfeccionar alrededor de
unas diez mesclas farmacológicas con las que hoy se trata a los infectados. Un
enfermo de hoy, puede tratarse con tres medicamentos y si el avance es
progresivo, finalmente puede tomar de por vida solo un medicamento diario. Por
tal razón, los infectados de SIDA no deben temer pues si se diagnostica la
infección a tiempo y sigue un riguroso tratamiento farmacológico, disciplinado,
aceptando las recomendaciones del infectólogo, puede llegar a morir de
cualquier otra enfermedad, menos de SIDA. Afortunadamente en la mayoría de
países, entre ellos Colombia, el Estado y sus servicios sanitarios han asumido
los tratamientos para estos enfermos, a quienes no se les cobra nada, pues los
medicamentos son bastantes costosos. Eso naturalmente ha contribuido a
disminuir la mortalidad de estos pacientes. Aunque los enfermos actuales no
tendrán curación, muy pronto se perfeccionará una vacuna para prevenir la
enfermedad. Mientras eso sucede, debemos utilizar el preservativo cada que
copulemos con otra persona.
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