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12/18/2012

474 AÑOS DE TIMANÁ II



Santiago Villarreal Cuéllar
La batalla librada por Guaitipán y Pigoanza, que desalojó los españoles de la Villa de Timaná, ocurrió en 1540. En ese año llegó de Popayán Juan de Cabrera para reconstruir el caserío destruido. Más de 400 aborígenes fueron obligados por los invasores a realizar esa tarea. Un día fueron sorprendidos por los españoles, quienes asesinaron más del 50% de estos nativos. El resto logró huir, mientras Juan de Cabrera regresó a Popayán por el camino del Pensil, llevando un inmenso tesoro de oro y plata, robado a los aborígenes. La cacica Guaitipán decidió cargar con los objetos sagrados de oro hasta las riveras de la laguna que hoy lleva su nombre y allí se arrojó a las oscuras aguas, ahogándose con su tesoro.
Esta valerosa mujer la tildaron los invasores como Gaitana, debido a que estas mujeres aborígenes emitían unos sonidos guturales con sus labios, semejantes al de las gaitas europeas. De allí que ellos asociaran este sonido y comenzaron a llamar a la cacica con el nombre más conocido en la actualidad, es decir la Gaitana. En el año de 1534, los aborígenes asaltan el caserío y libran una batalla para desalojar de nuevo a los invasores. Esta guerra dura tres años, hasta que el capitán español Domingo Lozano logra vencerlos en 1557. En 1558, el oficial español decide trasladar el pueblo de Guacacallo, o Timaná, hasta el lugar que ocupa en la actualidad, es decir a orillas del río que lleva el mismo nombre. En 1550, el señor Pedro de Molina recibió la cédula de Encomienda de Indios de la Provincia de Otongos, que comprendía los territorios de Timaná, Laboyos y lo que hoy es San Agustín. No obstante, debido a los permanentes hostigamientos por parte de los aborígenes, no logró ejercer su cargo. En 1562, los aborígenes arrecian la batalla final para desalojar a los invasores, logrando vencer al capitán Lozano, quien pereció a manos de los nativos. En 1567 es enviado el capitán Toloberano, escogido por la capitanía de Popayán para que sometiera a los nativos de Timaná, pero estos lo derrotan en dura lucha. En 1571, los aborígenes logran emboscar una expedición de invasores españoles que venían procedentes de Popayán, con la orden de restablecer la calma, venciendo a los forasteros. Ante las constantes derrotas, es encargado de la Villa de Timaná el gobernador de San Sebastián de la Plata. Solo hasta 1606, el capitán Diego de la Monja logra consolidar plenamente la invasión y ahuyentar a los aborígenes rebeldes. Allí nace la Gobernación de Timaná y Provincias de los Pijaos.        

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