Santiago
Villarreal Cuéllar
Leyendo el discurso pronunciado
por el ex presidente Uribe en el homenaje al doctor Fernando Londoño, no deja
de sorprenderme la astucia para tratar de engañar a los colombianos. Pretende
distanciarse del presidente Santos y presentarse como el nuevo líder de la
oposición. La sola pretensión de conformar un movimiento de “puro” centro, deja
mucho que pensar, pues el pensamiento de Uribe y de sus más cercanos seguidores
es de autentica derecha, inclinada al fascismo. Es verdad que la oligarquía
colombiana se dividió a raíz de la llegada del presidente Uribe al poder. Uribe
representa una burguesía emergente, producto de negocios especulativos,
narcotráfico, traquetos, para-militares reinsertados, a quienes les legalizó
sus dineros, ganaderos de la Costa, pequeños industriales y comerciantes. Es el
representante de lo que podría llamarse un grupo de ricos cerreros
(maleducados), mientras que Santos, pertenece a una burguesía tradicional de
familias de alcurnia, de clase y muy bien educadas. Esa es la diferencia entre
el rico “levantado,” e inculto, y el rico de tradición y culto. En eso se
diferencian los dos líderes políticos.
En lo concerniente a ideologías
políticas, ambos son de derecha, los dos siguen el modelo económico
neo-liberal, son fervientes defensores del capitalismo a ultranza, de la
globalización y son cipayos de los Estados Unidos. Los dos son partidarios de
políticas guerreristas y de mentalidad reaccionaria. Recordemos que los falsos
positivos sucedieron en el gobierno de Uribe, pero el ministro de defensa era
Santos. No existe tal división en el manejo de las políticas de Estado pues
ambos abrevan de la misma agua. Lo que sucede es que la coyuntura política es
propicia para crear un sofisma de división y una oposición ficticia. Además,
los medios mediáticos de comunicación al servicio de la oligarquía, alimentan
la comedia. Hasta algunos periodistas y pensadores de izquierda se están
comiendo el cuento. Pero si observamos el panorama político del momento, solo
encontramos dos fuerzas ideológicas marcadas: derecha e izquierda. Los partidos
de la llamada unidad nacional, partido de la U, Cambio Radical, PIN, verdes,
liberales y conservadores, representan la derecha. Y los partidos Polo
Democrático Alternativo, movimiento Progresista, liderado por el alcalde
Gustavo Petro y Antonio Navarro, y la Marcha Patriótica liderada por Piedad
Córdoba, representan la izquierda. Esa izquierda, que históricamente ha estado
dividida en Colombia, es la autentica abanderada de la oposición; y esa
izquierda seguirá siendo la que liderará la oposición en el futuro político del
país. Pero la oposición de Uribe, no es más que una jugada maestra para tratar
de recoger sectores inconformes con el actual mandatario, es decir, otro
embuste.
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