Santiago
Villarreal Cuéllar
De acuerdo a los términos procesales de la
Procuraduría General de la Nación, en agosto vencen para fallar la segunda
instancia, por la investigación disciplinaria que adelanta este ente contra la gobernadora
del Huila. Recordemos que el primer fallo dictaminó la suspensión de sus
funciones y una inhabilidad por varios años. Sin embargo, ella apeló esa
decisión y se espera el segundo, y último pronunciamiento. Al finalizar la
primera semana de julio, se rumoró en algunos círculos sobre un supuesto fallo
adverso a la señora Cielo. Fueron sectores del Partido Conservador quienes
lanzaron el falso rumor, argumentando que el texto del fallo se había filtrado
y ese sería el resultado. Es curioso, que precisamente sean los conservadores
quienes se encuentren ansiosos porque la gobernadora se caiga. Ellos, que han
sido premiados por esta administración con sendos cargos (secretarías de
Despacho), y otras gabelas burocráticas; que hacen parte de la coalición en la
Asamblea, sean quienes sacan toda clase de rumores y conjeturas, deseando el
descalabro de la mandataria. Así paga el diablo a quien bien le sirve. Debo
aclarar que los términos vencen en agosto, pero el señor Procurador bien puede
fallar en cualquier momento.
Si el fallo es adverso, como lo desean los
conservadores, no será la señora Cielo la única perdedora. Saldrá damnificado
el Partido de la U, aval de la mandataria, que no podrá avalar otro candidato
para ese cargo, en la quimérica posibilidad que hubiera nuevas elecciones. Pero
los principales perdedores seremos todos los huilenses, quienes nos veremos
avocados a una nueva justa electoral, con todos los gastos que ello conlleva.
Claro está que los que saben de eso dicen que ese es el costo de las
democracias. Volveremos a ver empapelados, postes, paredes, piedras y barrancos,
con letreros azules, rojos, amarillos y matizados, con nombres y números de los
candidatos a tan importante cargo. De nuevo se imprimirán y empastarán sendos
programas de gobierno, que se inscribirán en la Registraduría del Estado Civil,
los cuales nunca se cumplirán. Los candidatos se pasearán por pueblos y veredas,
batiendo record imaginativo para ver quién dice más mentiras, a fin de
convencer a ese pueblo incrédulo, que sin embargo, a última hora lo doblegan con
dádivas y migajas. Y ni qué decir de los anuncios de una pagina en los
periódicos y la ruidosa bullaranga por la radio, exponiendo promesas mentirosas
para convencer a los escépticos.
Pero creo que los huilenses no seremos
castigados con otra campaña electoral. Me atrevo a predecir que el fallo de la
Procuraduría, absolverá la gobernadora y las aguas se calmarán.
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