Santiago
Villarreal Cuéllar
El mercado del café atraviesa por
otra crisis mundial, de las muchas que ha tenido a lo largo de su historia. En
esta oportunidad no se conocen las causas, pero la caída de su precio a nivel internacional
golpea la economía de los países productores. Colombia es el segundo productor
mundial y enfrenta dos causas: la baja del precio y la revaluación de la moneda
nacional frente al dólar. No debemos olvidar que el café constituye una gran
locomotora de la economía nacional. Los departamentos productores del grano,
mueven el 75% de sus economías. Por esta razón, cuando llega la cosecha
cafetera a estas regiones, la economía de estas acelera sus motores. Esto se ve
reflejado sobre todo en el comercio, donde sus ventas aumentan muchas veces el
100%, pero cuando la cosecha mengua, estas descienden considerablemente y llega
la crisis.
La Federación Nacional de
Cafeteros, otrora un estado dentro del Estado, construyó escuelas, carreteras y
otras grandes obras públicas, especialmente en regiones productoras del grano y
sobre todo en zonas rurales. No obstante, hoy también atraviesa por una crisis
financiera que impide continuar realizando inversiones de gran magnitud. Casi
el 50% de su presupuesto anual, se gasta en el pago de pensiones, la mayoría
justas y algunas pocas bastante onerosas, (ex-gerentes nacionales y
regionales).
Los que más sienten la crisis son
precisamente los productores cafeteros, quienes al sol y al agua han logrado
consolidar pequeños minifundios para sostener a sus familias y generar empleo. Es
necesario que el gobierno nacional extienda su mano para salvar este gremio tan
vital para el equilibrio económico de la nación. Son justos los reclamos de los
cultivadores, algunos que incluso ya están liderando un paro cívico. Antes que
llegar a situaciones de hecho, los dirigentes deben tratar de dialogar con los
representantes del establecimiento. Un subsidio al actual precio de la carga
puede ser una solución de emergencia. Pero debe estudiarse la posibilidad de
subsidiar los fertilizantes sintéticos y agroquímicos como lo hacen países
vecinos, (Ecuador, Venezuela).
Hace dos años, en la campaña para
senado y cámara, el senador Rodrigo Villalva prometió legislar para crear un
seguro de cosechas para los agricultores, incluyendo los cafeteros. Sería bueno
que quienes votaron por él, exijan el cumplimiento de su promesa, lo mismo que
al representante Luis Enrique Dusán. Y en general, todos los parlamentarios que
representan las regiones cafeteras deben servir de voceros en este momento
crítico, pues en la actualidad brillan por su silencio. En fin, todas las
fuerzas vivas debemos apoyar a nuestros productores cafeteros para aliviar la
crisis.
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