Santiago
Villarreal Cuéllar
Muchos alucinados pretenden
interpretar el calendario Maya, prediciendo el fin del mundo para el 2012. La mayoría
de filósofos griegos creyeron que el mundo era eterno. La idea del fin del
mundo surgió en el Imperio romano, durante las terribles guerras civiles de
Cesar y Pompeyo. Los pueblos que viven la barbarie de una guerra, creen que el
fin está cerca. En algunas religiones politeístas también se creyó en el fin
del mundo. Las tres grandes religiones monoteístas, (judaísmo, cristianismo e
islamismo) predijeron el fin del mundo. En el Antiguo Testamento, Jehová
destruía la tierra cada que le daba la gana. En el Nuevo Testamento, algunas
sectas interpretan el libro del Apocalipsis como la premonición del fin del
universo. Cada que ocurre algún acontecimiento relevante, una guerra, una
manifestación de homosexuales, los predicadores religiosos predicen el fin de
los tiempos.
La ciencia de la geología ha
demostrado que nuestro planeta ha sufrido muchas transformaciones a lo largo de
su historia y que ese proceso continuará en el futuro. La Astronomía ha ido más
lejos, sentando la teoría del bim-bang, o el origen del universo y sostiene que
a futuro ocurrirá otro cataclismo que pondrá fin al tiempo y la materia.
Está demostrado que nuestro
planeta es muy frágil, y un solo terremoto que sobrepase los 12 grados de las
escalas internacionales, destruiría la raza humana. De la misma forma, el
cinturón de pequeños asteroides que se encuentran al exterior de la atmosfera,
constituyen un peligro permanente para nuestro planeta. Basta que uno de mayor
tamaño traspase la atmosfera para que origine un cataclismo, capaz de
desaparecer cualquier vestigio de vida.
La ciencia nunca ha predicho cuándo podría
ocurrir ese desastre. Los científicos son responsables a la hora de hacer
afirmaciones y contrario a los “profetas” no especulan con fechas sobre el fin
del mundo. Para terminar citaré al filosofo Voltaire, quien sobre el tema
afirmó: “sabemos poco del pasado, nos interesa menos el presente, e ignoramos
lo que nos depara el porvenir.”
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