Santiago
Villarreal Cuellar
Cuando usted asiste a Misa, el
sacerdote lee un pasaje de algún Evangelio. Si asiste a un culto de una secta
cristiana protestante, también el predicador lee un pasaje tomado de la Biblia.
Este libro, constituye la columna vertebral de la doctrina cristiana. Pero,
¿Qué sabe usted acerca de él? Se dice que fue escrito por hombres inspirados
por el Espíritu Santo. Pero, ¿sabe usted quien recopiló esos libros?
Remontémonos a la historia:
La palabra Biblia es sinónimo de
biblioteca, o recopilación de libros. El Antiguo Testamento es de origen
hebrero y es la base de de la religión judía, junto con el Talmud y la Tora. El
Nuevo Testamento, conformado por los cuatro evangelios, el libro de los Hechos,
las cartas de varios discípulos y seguidores de Jesús, junto con el Apocalipsis
fueron recopilados en el Concilio de Nicea, en el año 325, después de Cristo.
Antes del emperador Constantino,
el cristianismo se había diseminado por la mayoría de las regiones del Imperio
romano, más o menos parecido a lo que existe hoy en día. Es decir, una cantidad
de sectas, predicaban la doctrina cristiana sin ningún orden. Cualquier
parroquiano que supiera leer y escribir fundaba una secta.
Constantino convocó a todos los
pastores, sacerdotes y obispos de dichas sectas a un gran Concilio en la ciudad
de Nicea. Fue en el año 325, cuando se reunió, se estudió y se discutió la
conformación de una sola doctrina que recopilara los diferentes libros que hablaban,
o se referían a Jesús. Se presentaron 72 evangelios, pero solo se clasificaron
4, que son los que conocemos hoy. Los otros fueron desechados y se consideran
apócrifos. A los 4 evangelios se les anexó las cartas y otros libros, con los
que se dio origen al Nuevo Testamento. En ese Concilio y en el mismo año, se
fundó la Iglesia Católica Apostólica Romana.
Si la Iglesia Católica no hubiera
recopilado y preservado la Biblia durante muchos siglos, nadie conocería hoy
ese libro.
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