Santiago
Villarreal Cuéllar
El Partido Polo Democrático
Alternativo, dejó de ser una alternativa política para los colombinos y comenzó
su desmoronamiento. Fue la primera vez que la izquierda colombiana logró
confluir en un solo partido. La vergonzosa actuación de los hermanos Moreno Rojas
(uno senador y el otro alcalde de Bogotá), sumado a la actitud de la dirigencia
frente al actual alcalde bogotano, Gustavo Petro, ha opacado la imagen de esa
agrupación.
En la historia de la izquierda
colombiana, solo en tres oportunidades ha logrado la unidad y provocado pánico
a la oligarquía dominante. En las elecciones de 1970, el ex-presidente Gustavo
Rojas Pinilla (abuelo de los Moreno), logró unificar la mayoría de corrientes
de centro izquierda. Fue tan grande el susto de la élite gobernante, que
manipularon los resultados electorales para evitar perder el poder.
En 1985, en medio de los diálogos
de paz con Belisario Betancur, y el cese al fuego por parte de las farc,
algunos amnistiados fundaron la Unión Patriótica. Allí se unieron las
diferentes vertientes de izquierda, incluido el Partido Comunista. Solo el MOIR
no se unió, entre otras razones porque los comunistas consideraban este grupo
como de extrema derecha. En las elecciones de 1986, el ex-magistrado del
Tribunal Superior de Cundinamarca, Jaime Pardo Leal, logró más de 300 mil votos
para la presidencia de la república. Otro susto para los amos del
establecimiento. Leal fue asesinado varios meses después y más de tres mil
dirigentes y militantes de la U.P., corrieron la misma suerte en los años
siguientes.
A principios de la década del 2000,
diferentes fuerzas de izquierda, incluido el MOIR, fueron convergiendo
alrededor de un solo movimiento político, el Polo. En las elecciones presidenciales
del 2006, el ex-magistrado de la Corte Constitucional, Carlos Gaviria, logró
obtener más de tres millones de votos. Fue toda una apoteosis para los
militantes de izquierda. Por tercera vez se dijo que estaban cerca del poder.
El triunfo de Lucho Garzón en la alcaldía de Bogotá, le abrió nuevos horizontes
a las vertientes de izquierda. La llegada de Samuel Moreno Rojas a ese cargo,
reafirmó las esperanzas. Pero su actuación al frente de ese cargo, conocida por
todo el país, desmoronó esas esperanzas.
La actitud mezquina de la
dirigencia más radical del Polo, de negar las mayorías de preferencia popular
de Gustavo Petro, ocasionó su salida de ese partido. La división afloró los
cimientos y comenzó el resquebrajamiento.
La menguada dirigencia del Polo,
ha continuado una absurda guerra contra Petro. En medio de ese vergonzoso
canibalismo, la derecha se muere de la risa, viendo cómo la izquierda se
suicida.
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