Santiago
Villarreal Cuéllar
El pasado 26 de febrero, el
secretariado de las farc, anunció, la liberación de manera unilateral de los
diez militares y policías que aun tienen secuestrados en su poder. Es una
noticia que nos regocija a todos los colombianos. Después de más de una década,
los familiares de esas personas los volverán a tener en su ceno.
Quedan muchos otros colombianos
en poder de la guerrilla, quienes seguramente tendrán que pagar un valor
económico para obtener su libertad. Para ellos no habrá comisiones de paz, ni
helicópteros de la Cruz Roja. Cuando paguen la extorsión los dejarán en
cualquier camino para que regresen como puedan a sus hogares. Las farc deberían
liberar a esas personas, lo mismo que a los otros secuestrados.
También queda el interrogante de
la cantidad de personas que ese grupo de alzados en armas han desaparecido. En
el sur del Huila, por ejemplo, lo fueron
hace tres décadas el doctor Silvio Burbano, Hílde Orozco, el ganadero Mariano
Sánchez en Timaná y hace unos seis años Ángel María Sterling Rojas, en el mismo
municipio. Eso solo para citar algunos. Sería bueno que informaran sobre la
suerte de esas personas.
En el mismo comunicado, ese grupo
guerrillero anunció que no volverá a recurrir a la abominable práctica del
secuestro. Excelente noticia para los colombianos.
Si liberan los secuestrados y
dejan de secuestrar, creo que es el momento que el gobierno nacional abra la
posibilidad de un dialogo serio, dando vía a una paz negociada con los alzados
en armas. Es mejor llegar a la paz, mediante el mecanismo del dialogo y la
negociación, que continuar una guerra prolongada e incierta, donde a diario mueren
colombianos de todos los lados.
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