Por Santiago Villarreal Cuéllar
La creencia
arraigada que existe en muchas mentes con relación a la sexualidad, consistente
en un supuesto “desgaste,” es una convicción imprecisable sobre, qué es lo que
se desgasta. Pero el mito hace parte de esa cultura machista. Porque ese
“desgaste,” afecta solo al género masculino, mientras la mujer en cambio no se
desgasta.
Lo más increíble,
es que en muchos círculos, especialmente deportivos, todavía se les hace creer
a los hombres que antes de ejercitar un deporte no se debe practicar relaciones
sexuales, o genitales. Se tiene la creencia que después de una relación, el
hombre queda exhausto y sin fuerzas para obtener un buen desempeño.
Esa falsa creencia
hace suponer que el organismo del ser humano sufre cuando tiene una relación
genital, como si eso fuera algo dañino. No es para menos, pues las distintas
culturas religiosas le han inculcado a la gente que el sexo y su uso es
pecaminoso, es malo, grosero y muchos otros mitos. Algunas culturas solo
aceptan la relación genital únicamente para el ejercicio de la procreación,
negando el placer que ellas producen.
La otra idea que
este mito conlleva, parece hacer suponer que cada hombre viene dotado de una capacidad
eyaculatoria limitada, con un número fijo y desconocido de ellas, por lo que
ese bien no debe dilapidarse para que alcance hasta la vejez.
Pero vayamos a
la ciencia: ni la psicología, la sexología, la psiquiatría y la neurología, han
descubierto en sus largos años de investigación que el ejercicio de la
sexualidad y las relaciones genitales desgasten, ni a hombres, ni a mujeres.
Ese supuesto “desgaste,” solo se presenta en la mente de las personas y es
posible que si un hombre se programa psicológicamente para sentirse cansado,
exhausto y deprimido si tiene una relación genital, seguramente su actitud
mental influirá en su estado de ánimo y será su complejo de culpa lo que lo
hace sentir mal, y no el ejercicio de la sexualidad en sí.
Por el contrario,
se ha demostrado que las personas que tienen permanentes relaciones genitales,
tienen mayor posibilidad de no tener problemas de impotencia (hombres), o
frigidez (mujeres). Cuando la sexualidad empieza a muy temprana edad, esas
personas tienen mayores posibilidades de llegar a la vejez, manteniendo un buen
desempeño de su sexualidad.
Recientemente en
Inglaterra, varios cardiólogos coinciden en, que las relaciones genitales y el
ejercicio de la sexualidad prolonga más la vida de los hombres y disminuye el
riesgo de sufrir ataques cardiacos en los mismos.
Así que, el mito
del “desgaste,” no es más que uno de los conceptos erróneos que todavía se
tienen acerca de la sexualidad humana, debido a la ignorancia y falta de
información científica sobre uno de los aspectos más importantes de la vida de
cualquier persona.
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