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12/15/2011

MITOS SEXUALES I: LOS AFRODISIACOS


 Por: Santiago Villarreal Cuellar)



Caldo de penes y testículos de toro, macho cabrío u otros animales, caviar, langostinos, camarones; frutas como el borojó, chontaduro; hierbas como el gínsen, jengibre; jugos y sumos que tengan contenidos de ciertas frutas, cangrejos, huevos y vinos; el timador que en un parque o plaza anuncia que vende las píldoras mágicas para estimular sexualmente a los hombres (para las mujeres no venden nada), todos estos y muchos más productos han sido considerados por siglos como poseedores de virtudes afrodisiacas.   
Sin embargo, la realidad es que las ciencias de la medicina, psiquiatría, sicología, neurología y otras afines, nunca han encontrado ninguna sustancia que estimule la  sexualidad humana. Los problemas de impotencia en los hombres tienen causas patológicas muy particulares, como hipertensión, diabetes, colesterol, triglicéridos, problemas sicológicos, psiquiátricos, neurológicos y otras dolencias que pueden en determinada etapa de la vida causar esta enfermedad. Si un hombre de cualquier edad presenta síntomas de impotencia, es decir, pierde los deseos de la libido, debe acudir al medico general para que este le haga un diagnóstico exhaustivo y seguramente le ordenará un examen de su cuadro hemático, que generalmente es donde se encuentra la causa de la dolencia.
En las mujeres, la frigidez o pérdida del deseo de la libido, generalmente es causado por patologías sicológicas, aspectos culturales o en algunos casos, neurológicos. Pero definitivamente todos esos problemas tienen solución médica y en muchas ocasiones no es necesaria la terapia farmacológica.
Algunos dirán que el medicamento conocido como Viagra, es un afrodisiaco. Nada más alejado de la realidad farmacéutica. La sustancia llamada Sildenafilo, patentada por un laboratorio de Inglaterra en 1996 como Viagra, nunca se diseñó como afrodisiaco, sino que se utilizó clínicamente en el tratamiento de la hipertensión pulmonar o angina de pecho en el Hospital de Morriston de la ciudad de Swansea Gales. Los médicos descubrieron por azar, que la mayoría de pacientes hombres a los que se les suministraba dicha sustancia, registraban erecciones involuntarias minutos después del suministro. Fue así, como rápidamente fue experimentado y patentado para el tratamiento de la disfunción eréctil. Pero existe una diferencia entre causar una erección de pene y estimular la libido. Esto último no es lo que causa el Viagra, sino el primero. Es decir, que la sustancia estimula corrientes sanguíneas, llenando vasos periféricos y causando la erección. La prueba es que no funciona sino en el sexo masculino.
De modo que toda esa charlatanería que se ha escrito, se escucha en la radio, se ve en televisión, sobre los supuestos productos afrodisiacos, no son más que mitos, de los tantos que se han inventado alrededor de la sexualidad humana a lo largo de la historia.
A principios del año pasado, la Facultad de Endocrinología de la Universidad de Virginia en Estados Unidos, descubrió una sustancia que se está experimentando en las mujeres para estimular sus deseos libidos.    Se trata de un gel, que aplicado en los labios exteriores de la vagina, causa excitación. El producto todavía no ha sido patentado, ni puesto en venta en el mercado, pero creemos que en menos de un año será la panacea para la frigidez femenina.    
      

SANTIAGO VILLARREAL CUELLAR
http://nuevaera66.blogspot.com/

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