Por: Santiago Villarreal Cuéllar
Lo que sucede en la planta Biorgánicos de Pitalito, es un verdadero crimen contra el medio ambiente. Es verdad que las basuras constituyen hoy uno de los más grabes problemas del mundo. Ni siquiera las naciones más industrializadas han sido capaces de diseñar formulas para el acarreamiento, tratamiento y destrucción de sus basuras. Son precisamente estas naciones las mayores generadoras de desechos, tanto orgánicos como inorgánicos. Solo algunos países asiáticos, como Japón y Corea del Sur, han logrado superar esta peste del siglo XXI. Nuestras naciones subdesarrolladas, han intentado crear modelos y copiar los de otros países, pero sus resultados han sido infructuosos.
En la misma Unión Europea, países como Grecia e Italia, son un claro ejemplo de la falta de medidas concretas y definitivas para solucionar esta difícil problemática. En nuestros países tercermundistas, la solución consiste en construir rellenos sin realizar los estudios socio-ambientales, geológicos y mucho menos futuristas. El impacto ambiental, ecológico, social y sanitario, producido por las malas practicas en el manejo de las basuras, constituye un grabe problema, difícil de solucionar a corto plazo.
Pero volvamos a nuestro patio, Pitalito. Hace quince años se construyó una planta para el tratamiento de las basuras, utilizando un modelo alemán, totalmente ajeno a nuestra cultura, idiosincrasia y a la clase de basura que genera nuestra ciudad. Y lo que es peor, se construyó en un terreno totalmente inadecuado. Sobre un relieve por donde cursa a pocos metros, los ríos Guachicos y Guarapas. Y vecino de asentamientos humanos, zonas de cultivos agrícolas y producción pecuaria (ganadería bovina), sin medir las consecuencias a largo plazo. Una total improvisación. Nunca se terminó de construir la planta con todas las técnicas y especificaciones que en teoría diseñaron sus estudios. El cierre del relleno sanitario de Santa Helena, precipitó la utilización de dicha planta, sin siquiera haber culminado su construcción. A esto hay que añadir, que en una acción no planificada, se contrató con otros cinco municipios de la zona Sur del Huila, para que sus desechos fueran depositados en esta planta. Pitalito se convirtió en el basurero Sur-huilense.
Visitar ese sitio y sus lugares aledaños, es como llegar a otro mundo. No estoy exagerando, le invito para que venga a conocer este antro de pestilencia y contaminación, donde se ocasiona un daño incalculable al medio ambiente, y como consecuencia a los seres humanos, animales y toda la cadena de la biodiversidad. Las cabezas de ganado, bovino y caballar que pastan alrededor de esta zona, no se ven de los enjambres de moscas que devoran sus cuerpos. Los olores nauseabundos, con su ingrediente contaminante, invaden todos los hogares de las veredas Contador, Llano Grande, Mesetas, Risaralda y Norte de Criollo. A esto se añade el alud que se precipitó al cause del río Guarapas.
Esta es una emergencia sanitaria y ambiental. Y nos corresponde a todos aportar nuestro grano de arena para solucionar esta difícil situación. A los ambientalistas, ecologistas, profesionales de la geología, ingeniería civil. Las secretarías de Salud, tanto municipal, como Departamental, para mitigar los daños a la salud humana. La Federación Nacional de Cafeteros, Fedegan, ICA y las dependencias encargadas de la parte agrícola y veterinaria. Pero ante todo, a la nueva administración municipal en cabeza del señor alcalde Pedro Martín Silva, le espera un gran reto para solucionar de una vez por todas, este problema sanitario y ambiental.
En su campaña el doctor Pedro Marín, prometió que una de las primeras medidas para mitigar esta problemática, sería solicitar a los cinco municipios que actualmente acarrean sus basuras a Biorgánicos, que dejen de traer esos desechos. La legislación contempla que cada municipio debe contar con un plan de contingencia para el problema de sus basuras. Sin embargo, esta medida no será a corto plazo, pues tenemos que comprender que estos municipios no están preparados para tener sus propios rellenos sanitarios, u otras alternativas. De igual manera, no se puede cerrar este foco de contaminación de un momento a otro, porque nuestro municipio tampoco posee un plan alternativo para el depósito y tratamiento de sus desechos. No es viable trasladar este proyecto a otro lugar, pues resulta más costosa su reubicación, que realizar las mejoras que se requieren en el sitio actual. Pero debe haber una solución, o Pitalito perecerá victima de la contaminación ambiental.
SANTIAGO VILLARREAL CUELLAR
http://nuevaera66.blogspot.com/
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