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6/22/2011

Lobo se le arrodilló a Chávez


Por Santiago Villarreal Cuellar


El presidente de Honduras, Porfirio Lobo, se vio en la penosa obligación de colocarse de rodillas ante su homólogo venezolano Hugo Chávez Frías, a principios del mes de mayo en la cumbre celebrada en la Perla de América, la ciudad de Cartagena de Indias en Colombia.

Aunque en principio el encuentro de Cartagena estaba previsto solo para entrevistarse los presidentes Juan Manuel Santos de Colombia y Hugo Chávez de Venezuela para reafirmar los lazos de amistad y firmar otros acuerdos de cooperación bilateral, Porfirio Lobo había solicitado con anterioridad a Santos, vía telefónica, que mediara ante Chávez para que este lo recibiera. La razón: Lobo estaba haciendo grandes esfuerzos desde su posesión como presidente de Honduras, para que su país fuera nuevamente admitido en el seno de la O.E.A. Pero la mayoría de naciones suramericanas se oponían a esa pretensión, habida cuenta del golpe de estado ocurrido dos años antes auspiciado por la señora Clinton desde Washington, el que derrocó y desterró al presidente Manuel Zelaya. La mayoría de países latinoamericanos, liderados diplomáticamente por Chávez, expulsaron a Honduras de la Organización y en su mayoría rompieron relaciones diplomáticas con la nación centroamericana.

Para lograr su reintegro, Lobo debía contar (quien lo creyera), con la anuencia de Chávez, pero este ni siquiera lo reconoció como presidente cuando lo eligieron los hondureños. Es posible que desde Washington dieran la orientación a Lobo y a Santos para que propiciaran el encuentro con el líder venezolano. En todo caso, el presidente Chávez, no solo aceptó la propuesta de su amigo Santos, sino que aprovechó la circunstancia para condicionar su apoyo diplomático. Primero, declarar inhibitorio el proceso penal que le abrió la Corte Suprema de Justicia de Honduras al ex-presidente Zelaya y su consiguiente retorno al país con todas las garantías políticas y de seguridad. Segundo, reformar la Constitución hondureña para permitir la convocatoria a referendos populares y por último crear una oficina para garantizar el cumplimiento del respeto a los Derechos Humanos, bastante violentados en esa nación después del golpe de estado.

Como dicen  los dominicanos, Porfirio Lobo se vio obligado a chuparse ese caramelito, hasta el palito. Fue así como aceptó las propuestas del líder socialistas del siglo XXI y al finalizar el mes de mayo Manuel Zelaya regresó a su país en medio de la apoteosis de sus correligionarios, la Constitución fue reformada y los llamados Acuerdos de Cartagena, parece que se cumplen a cabalidad. Es decir, que Hugo Chávez se anotó otro triunfo diplomático internacional, logrando colocar a sus pies a Lobo y poniendo de nuevo su ficha política en Honduras, quien sin duda será nuevamente candidato en la futura elección presidencial de la nación bananera.

Pero no es solamente con la llegada de Chávez que Venezuela lidera procesos diplomáticos en beneficio de latino-América. El 7 de septiembre de 1977, se firmó en Washington el Tratado Torrijos-Carter, por el cual los Estados Unidos se comprometieron a devolver el Canal a Panamá en el año 2000. El artífice de esos acuerdos diplomáticos fue el presidente venezolano de aquella época Carlos Andrés Pérez (q.e.p.d.), secundado por su par colombiano Alfonso López Michelsen (q.e.p.d.). Y el 17 de junio de 1979, el presidente de Venezuela Luis Herrera Campíns, lideró a sus homólogos de la Comunidad Andina para que reconocieran la beligerancia del Frente Sandinista que combatía la dictadura de Anastasio Somoza Debayle en Nicaragua. Grupo guerrillero que lideraba el hoy presidente de esa nación Daniel Ortega Saavedra. Vivir la historia para creer.                

 


SANTIAGO VILLARREAL CUELLAR
http://nuevaera66.blogspot.com/

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