Santiago Villarreal Cuéllar
Las cuevas existentes en diferentes lugares
de la tierra han sido objeto a lo largo de la historia de mitos y leyendas. En
el norte de Europa es común escuchar la leyenda de que en determinadas cuevas
habitan los gnomos o duendes juguetones. En Australia, los aborígenes dejaron
escritos en los muros de muchas grutas, jeroglíficos, distintos a los
encontrados en Egipto, pero interpretados como expresiones de secretos y
mensajes para el futuro. En América Latina, estos lugares, largos, algunos angostos
y oscuros, no solo sirvieron de vivienda para los aborígenes, sino que se
tejieron mitos y leyendas sobre la existencia de seres espirituales habitando los
mismos.
Con la llegada del invasor español acompañado
del cristianismo, también llegó el diablo, satanás, lucifer y toda la creación
imaginaria del mal. Pronto los nuevos habitantes vieron las cuevas como lugares
propicios para crear mitos y fantasías que con el correr de los años se convirtieron
en leyendas que perduran hasta nuestros días. Estas grutas, muchas de ellas de
extraordinaria belleza casi arquitectónica; otras llenas de figuras
terroríficas elaboradas por las corrientes del agua y aire, interpretadas por
la imaginación humana, sirvieron para la aparición de santos, vírgenes
milagrosas y toda la mitología cristiana que recoge la idolatría y el
paganismo.
El diablo también decidió buscar la oscuridad
de estas cavernas para esconderse de los ojos humanos, apareciéndose solo a
quienes deseaba asustar o hacer pactos con él. En muchas regiones de nuestra
América, una gran cantidad de personas afirman haber visto al diablo salir o
entrar de alguna cueva. El mito y la leyenda se expanden rápidamente de labio
en labio y a cada paso por uno diferente aumenta la creatividad de la
imaginación humana. Algunos diablos están acompañados de diablas, otros del
alma de alguna difunta que fue bruja; otros poseen la mula para montar; no
faltan los que tienen forma de toros feroces vomitando fuego de sus hocicos, y
otros demonios bailan al son de la música mundana.
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