Santiago Villarreal Cuéllar
Se escucha decir que la justicia venezolana está politizada; hablan de presos políticos juzgados por petición del gobierno. Sin embargo, no he leído, ni he escuchado en ningún momento al presidente Nicolás Maduro, siquiera insinuar que se juzgue alguna conducta de algún dirigente opositor, ni mucho menos solicitar a los jueces o las cortes de ese país que castigue severamente la conducta de alguien, o falle en determinada forma.
En Colombia hace unas semanas, el presidente de la república Juan Manuel Santos, pidió a la corte constitucional y a los jueces en general, reconvenir el fallo por el cual se notificó a los representantes de la recién inaugurada represa de El Quimbo en el Huila, que suspendió la generación de energía, mientras el alto tribunal fallaba de fondo ese proceso.
De inmediato, el Tribunal Administrativo del Huila emitió una providencia, notificando a los directivos del Qimbo, que pueden continuar generando energía mientras el proceso se resuelve en su totalidad.
En un estado social de derecho, donde las llamadas democracias respetan los tres poderes tradicionales inspirados por Monstesquieu, el ejecutivo nunca insinúa al poder judicial fallar en determinada forma o fondo.
¿Cuál de las dos naciones hermanas tiene la justicia más politizada? ¿Será Venezuela? ¿Será Colombia? Juzguen ustedes.
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