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12/24/2015

Continúa la impunidad


Santiago Villarreal Cuéllar

Se esfumó la esperanza; regresó la incertidumbre; la rabia contenida, mesclada con dolor continuará carcomiendo mentes y corazones de las familias; también el miedo porque absuelto el presunto responsable puede representar peligro; de hecho fiscales y jueces fueron víctimas de amenazas; una de ellas se exilió en Alemania. La absolución del coronel Alfonso Plazas Vega, constituye un mal precedente, no solo para los familiares de las víctimas del holocausto del palacio de justicia, sino para los defensores de los Derechos Humanos. Es respetable el fallo de la Corte Suprema de Justicia, pero deja sin piso el arduo trabajo de familias y abogados que durante treinta años vienen luchando para que estos delitos de lesa humanidad sean castigados.

No sorprende la providencia. Colombia, México y Guatemala, son naciones reconocidas por el mal ejemplo en administrar justicia contra altos dignatarios del estado que durante décadas, aprovechando sus cargos, cometieron (y continúan haciéndolo) delitos de lesa humanidad. La matanza de la plaza de las tres culturas acaecida en el país Azteca en 1968, sigue hoy en completa impunidad. En Guatemala, el general Efraín Ríos Montt, continua utilizando toda clase de triquiñuelas jurídicas (similar a lo que hacen en Colombia), para evitar ser condenado por el genocidio cometido durante su infame gobierno entre los años 1982-1983. En estos países la entramada burocracia jurídica, política, social, económica y de toda índole, se entrelazan como madeja de lianas espinosas para evitar que los grandes criminales de estado reciban castigo. Allá como aquí, los jueces son severos contra quien hurta un celular, una gallina, o toca las nalgas de una mujer, pero se pasman cuando llega a sus despachos denuncias contra encumbrados dirigentes políticos, militares, grandes empresarios, o dignidades eclesiásticas. Lejos estamos del cumplimiento de la igualdad pregonada en las cartas constitucionales; continuamos inermes para ejercer el respeto por los Derechos Humanos.

A las puertas de firmar los acuerdos que pondrán fin al largo conflicto armado en nuestro país, fruto en parte de esa impunidad jurídica, lamentablemente nuestra justicia sigue sin hacer nada para investigar los responsables de uno de los más vergonzosos episodios de nuestra historia reciente. Durante la retoma del palacio de justicia, no solo hubo excesos en el uso de la fuerza, como dice el fallo de la Corte que absolvió al coronel Plazas, sino que el operativo no se planificó para evitar muertes innecesarias. Se recurrió a la tortura en todas sus formas, desaparecieron seres humanos, y asesinaron sumariamente a otros. Víctimas y defensores de los Derechos Humanos, continuaremos pidiendo justicia en este como en otros genocidios no menos graves.           


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