Santiago Villarreal Cuéllar
Cuando terminaron de almorzar, el alcalde
sirvió whiskies para animar la reunión; apoltronado en su sillón el
burgomaestre sin más detalles solicitó a Miguel Rico hacer parte de la
coalición del concejo, a lo que este respondió que él no era el concejal
titular, sino el suplente; el alcalde respondió secamente: “sí, pero usted es
quien da las órdenes.” Eran mediados del año 1989, cuando Jaime Cortés Espinosa
trataba de conformar una nueva coalición pues ya existían rumores de un
presunto desfalco al erario público. Miguel Antonio Rico Rincón por aquel
entonces hacía de suplente del concejal Gilberto Sevilla Zúñiga, electos en los
comicios de 1988 por el movimiento Unidad Campesina por Bruselas; pero en un
hecho histórico, ambos sesionaban. Naturalmente Miguel no aceptó la propuesta
del alcalde y prefirió continuar en la oposición con su colega titular. Su
ética, sus principios morales, sus profundas convicciones cristianas; hombre
temeroso de Dios; campesino sano, formado bajo los postulados de la honradez y
el trabajo, no podía enajenar su dignidad a un mandatario salpicado por la
sospecha.
Huyendo de la violencia, Miguel llegó a la
Vereda Cabeceras en 1982; allí comenzó su nueva vida, sembrando café, plátano,
yuca y demás cultivos. Hombre curtido, con manos encallecidas, sabe coger café,
sembrar, deshierbar, pero también sabe administrar los entes públicos. Siempre le gustó trabajar
por la comunidad, razón por la que hizo parte del comité de deportes de la
junta comunal de su Vereda. Fue en 1986 cuando conoció a don Teódulo Guzmán
Calderón; y fue él quien lo convenció para que participara en política; de allí
nació el movimiento Unidad Campesina por Bruselas. Después de la experiencia
como suplente, Miguel quiso retirarse de la política, pero la comunidad y sus
amigos más cercanos no le permitieron ese lujo. En 1992, el alcalde Carlos
Alberto Martín Salinas lo nombró Promotor de Acción Comunal; en 1994 regresó al
concejo municipal y en 1997 presentó su nombre para la Asamblea Departamental,
pero las amenazas de la guerrilla hicieron retroceder su aspiración. En el año
2000 regresó al cabildo municipal, repitiendo en 2004 cuando fue ponente del
plan de desarrollo. Meller Rivas fue uno de sus grandes aliados y amigos en el
concejo. En el año 2008 hizo parte del gabinete municipal siendo gerente
de Empitalito, donde desarrolló una
admirable gestión. En 2012 perdió las elecciones a la alcaldía por escasos mil quinientos
votos. El verdadero Miguel Rico, quien según todos los pronósticos será el
nuevo alcalde de Pitalito, es un hombre serio, sencillo, de pocas sonrisas, pocos
besos, pocos abrazos, pero de excelsas calidades humanas.
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