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10/06/2015

El verdadero Miguel Rico


Santiago Villarreal Cuéllar

Cuando terminaron de almorzar, el alcalde sirvió whiskies para animar la reunión; apoltronado en su sillón el burgomaestre sin más detalles solicitó a Miguel Rico hacer parte de la coalición del concejo, a lo que este respondió que él no era el concejal titular, sino el suplente; el alcalde respondió secamente: “sí, pero usted es quien da las órdenes.” Eran mediados del año 1989, cuando Jaime Cortés Espinosa trataba de conformar una nueva coalición pues ya existían rumores de un presunto desfalco al erario público. Miguel Antonio Rico Rincón por aquel entonces hacía de suplente del concejal Gilberto Sevilla Zúñiga, electos en los comicios de 1988 por el movimiento Unidad Campesina por Bruselas; pero en un hecho histórico, ambos sesionaban. Naturalmente Miguel no aceptó la propuesta del alcalde y prefirió continuar en la oposición con su colega titular. Su ética, sus principios morales, sus profundas convicciones cristianas; hombre temeroso de Dios; campesino sano, formado bajo los postulados de la honradez y el trabajo, no podía enajenar su dignidad a un mandatario salpicado por la sospecha.
Huyendo de la violencia, Miguel llegó a la Vereda Cabeceras en 1982; allí comenzó su nueva vida, sembrando café, plátano, yuca y demás cultivos. Hombre curtido, con manos encallecidas, sabe coger café, sembrar, deshierbar, pero también sabe administrar  los entes públicos. Siempre le gustó trabajar por la comunidad, razón por la que hizo parte del comité de deportes de la junta comunal de su Vereda. Fue en 1986 cuando conoció a don Teódulo Guzmán Calderón; y fue él quien lo convenció para que participara en política; de allí nació el movimiento Unidad Campesina por Bruselas. Después de la experiencia como suplente, Miguel quiso retirarse de la política, pero la comunidad y sus amigos más cercanos no le permitieron ese lujo. En 1992, el alcalde Carlos Alberto Martín Salinas lo nombró Promotor de Acción Comunal; en 1994 regresó al concejo municipal y en 1997 presentó su nombre para la Asamblea Departamental, pero las amenazas de la guerrilla hicieron retroceder su aspiración. En el año 2000 regresó al cabildo municipal, repitiendo en 2004 cuando fue ponente del plan de desarrollo. Meller Rivas fue uno de sus grandes aliados y amigos en el concejo. En el año 2008 hizo parte del gabinete municipal siendo gerente de  Empitalito, donde desarrolló una admirable gestión. En 2012 perdió las elecciones a la alcaldía por escasos mil quinientos votos. El verdadero Miguel Rico, quien según todos los pronósticos será el nuevo alcalde de Pitalito, es un hombre serio, sencillo, de pocas sonrisas, pocos besos, pocos abrazos, pero de excelsas calidades humanas.      

   

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