Santiago
Villarreal Cuéllar
Produce
escalofrío el detallado informe entregado el pasado 24 de junio sobre
ejecuciones extrajudiciales ocurridas en Colombia, entre los años 2002 y 2008,
divulgadas por la organización Human Rights Watch, conocidas como falsos
positivos. El documento de 105 páginas titulado “El rol de los altos mandos en
falsos positivos: Evidencias de responsabilidad de generales y coroneles del
Ejército colombiano por ejecuciones de civiles,” deja claro que fueron los
altos mandos, seguramente desde la presidencia de la república, el ministro de
defensa y cúpula militar, quienes diseñaron un macabro plan para asesinar
personas humildes, en su mayoría indigentes, algunos con discapacidad mental, y
otros con antecedentes judiciales. La siniestra estrategia consistió en
reclutar estas personas con promesas falsas, llevarlas hasta determinados
lugares, vestirlos con prendas militares y luego asesinarlos a sangre fría.
Posteriormente ponían en sus manos algún arma y las presentaban como presuntos
insurgentes muertos en combate. El descaro y la sevicia, llegó a tal punto que
en muchas ocasiones acribillaron civiles inocentes, campesinos inermes, y gente
del común, presentándolos luego como milicianos de la guerrilla. Este horroroso
plan parece copiado de las SS alemanas durante la era nazi, donde se realizó
una “limpieza” social y étnica por parte de agentes del gobierno de Hitler.
Según
lo afirmó el señor Miguel Vivanco, vocero de esta organización para
Latino-América, son más de tres mil casos los que investiga a paso de tortuga
la fiscalía general de la nación. Pero lo más escalofriante es saber que hasta
la fecha solo han sido procesados algunos sub-oficiales y soldados, mientras
coroneles, generales, el ministro de defensa de la época y el presidente de la
república de ese periodo, siguen libres, campantes, vociferantes, muchos de
ellos premiados con altos cargos y gozando de inmunidad, que es lo mismo que
impunidad. ¿Qué autoridad moral y ética tienen algunos de estos presuntos
responsables para gritar a los cuatro vientos que quieren paz sin impunidad? No
pueden argumentar que estas actuaciones se hicieron a sus espaldas. En cualquier
estado de derecho, los altos mandos militares, desde su comandante supremo que
es el presidente, pasando por su ministro de defensa y cúpula militar, son
responsables por acción o por omisión de los delitos cometidos por sus
subalternos. Tenemos ejemplos: los ex presidentes Rafael Videla, Roberto
Eduardo Viola y demás miembros de la junta militar argentina, fueron condenados
a sendas penas por las desapariciones y ejecuciones extrajudiciales en su país;
Alberto Fujimori ex presidente del Perú y su principal asesor de seguridad
Vladimiro Montesinos, purgan penas de prisión por los delitos de ejecuciones
extrajudiciales. Colombia no puede ser la excepción.
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