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12/25/2014

Triunfó el pueblo cubano


Santiago Villarreal Cuéllar

Un tornillo oxidado sirve para que un creativo ingeniero mecánico elabore una pieza para reparar el viejo motor del automóvil; pero también reparan tractores, y los viejos trapiches de más de sesenta años de antigüedad de los ingenios azucareros. Después de los colombianos, no conozco en latino-América un pueblo tan creativo, recursivo y echado para adelante como el cubano. En tres oportunidades que visité la isla y me adentré por los más hermosos lugares, encontré diferentes formas de inventar artefactos para mantener con vida los grandes trapiches, viejos camiones, automóviles y tractores para no parar la producción. El embargo comercial que durante 58 años el gobierno de los Estados Unidos ha mantenido contra Cuba, ha impedido la modernización en muchas áreas, pero los cubanos se las han ingeniado para no necesitar los productos de las potencias opresoras. El mismo espíritu creativo e investigador lo han utilizado los científicos de la medicina para posicionar este país entre los más desarrollados de América-latina en esta materia. Gracias a ese ímpetu, a su tesón y admirable valentía,  nunca se doblegaron a los mandatos de Occidente y fue el coloso país del Norte quien se vio en la penosa obligación moral de reconocer su derrota y buscar el restablecimiento de relaciones diplomáticas con la isla. Detrás de todo este proceso debe agradecerse la intervención del Papa Francisco que sin lugar a dudas jugó un papel fundamental. Pero también hay que agradecer la valentía del presidente Barack Obama para tomar una decisión tan drástica e histórica. Es algo parecido a chuparse unos caramelitos amargos y comerse los palitos.
Sin embargo, es apenas un primer paso, para continuar el proceso de levantar el oprobioso embargo. El presidente Obama presentará el proyecto de ley al congreso de su país, pero dudamos que sea aprobado debido a la mayoría de escaños en manos de los republicanos, quienes en el fondo de sus conciencias saben de las inmensas pérdidas de la industria estadounidense por el capricho de mantener un embargo estéril, sino inútil; pero se resisten a aceptar y prefieren tercamente mantenerlo. Creo que pasarán varios años para que este muro de la indignidad sea levantado plenamente.
Del sistema político cubano se puede criticar todo lo que se quiera, pero gracias a esas políticas, en la isla ningún ser humano aguanta hambre, ni come a medias como en las democracias que se ufanan de ser libres; tampoco duermen niños en la calle, ni hay indigentes que tanto molestan a los ricachones de otras democracias; todos tienen salud gratuita de calidad, lo mismo que educación hasta la universidad.       


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