Santiago Villarreal Cuéllar
La noche del miércoles 12 de febrero de 2014, la cúpula del "uribismo" se reunió en Bogotá para trazar los últimos derroteros de la campaña al congreso y presidencia de la república. En la reunión, fue recibido con euforia el ex-pre-candidato presidencial Francisco Santos, quien se había marginado del centro democrático.
Se evaluó la problemática de la revocatoria del mandato del alcalde mayor de Bogotá, Gustavo Petro, y regañaron, con mucha cautela y cariño, claro está, a Pacho Santos, quien se apresuró a abanderarse de la campaña del sí, para revocar a Petro. dentro del debate, el ex-ministro de gobierno Fernando Londóño, hombre sabio y prudente, les sugirió no entrar en esa contienda pues lo más probable es que Petro gane el referendo. Uribe también fue partidario de no meterse en ese terreno espinoso y finalmente dejaron a Pacho Santos solo.
Es decir, que si Petro sale airoso de esa elección, que es casi seguro, el único perdedor y responsable de la derrota no será el "uribismo," sino el pobre Pacho, que desde hace meses viene teniendo callos de ser derrotado.
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