Santiago Villarreal Cuéllar
Durante los ocho años de la Era del Terror del presidente Álvaro Uribe Vélez, todo no fue genocidio, desapariciones forzadas y falsos positivos, no señoras y señores, en esos años el sector agropecuario colombiano recibió muchos subsidios e incentivos que dieron prosperidad a muchos agricultores.
Solo hablaré de unos pocos ejemplos: se construyeron tres grandes empresas de bio-combustibles en el Valle del Cauca, los cuales recibieron cientos de miles de millones de pesos de subsidios por parte del estado. Así se fortalecieron tres familias latifundistas para que continúen sembrando caña de azúcar y produciendo bio-combustibles.
En las regiones de los llanos orientales y de Córdoba, algunos agricultores, que poseen más de tres mil hectáreas cada uno, recibieron subsidios por cientos de millones de pesos para la siembra de palma africana, también para la producción de bio-combustibles.
Y ni hablar de Agro-ingreso seguro, que benefició hasta reinas de belleza y a varios encumbrados terratenientes de diferentes regiones del país.
Y para que todos quedaran contentos, en aras del derecho a la igualdad, los aserradores también recibieron su parte. Una multinacional canadiense, recibió la concesión de ochocientas mil hectáreas de bosques nativos, en la región del Chocó, para que explote maderas de teca, caoba, chamú y otras en vías de extinción. Dicha concesión se otorgó a veinte años, y para que esos malvados "negros" e "indígenas" no molesten a los generosos inversionistas extranjeros, los grupos para-militares los despacharon a punta de bala y destrozando uno que otro con las moto-sierras para que escarmentaran.
Resumiendo, podemos decir sin ser injustos con el hoy candidato al senado Álvaro Uribe, que fue muy generoso con los agricultores ricos de este país, a quienes no solo les brindó seguridad, sino que les ayudó con el dinero de todos los colombianos para que sigan prosperando.
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